Entre el Museo del Mar y Sargadelos

Pablo Mosquera
Pablo Mosquera OPINIÓN

A MARIÑA

06 mar 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Reunir a gentes que representan a la sociedad civil es bueno, necesario y esclarecedor. Un fotógrafo, un dibujante de personajes y paisajes, y un gran ceramista con Museo y Premio Nacional, constituyen un foro del que debemos extraer conclusiones.

La primera es que los departamentos de cultura en los Concellos, ni están, ni se les espera, más allá de fiestas dónde el Arde Lucus se ha convertido en una cita a imitar por el gentío. Y es que la palabra «gentío» parece confundirse con «tirón turístico», de ahí el culto a la actual Maruxaina o a los Normandos de Foz, y no digamos la transformación del Naseiro, entre ayer y hoy, cualquier parecido mera coincidencia. Pero el dinero que produce la venta de alcohol lo tapa todo, a pesar de las leyes que se «ocupan» del problema para la salud de nuestros jóvenes. Como en toda regla hay una excepción. Burela y su Departamento de Cultura. ¡Sorprendente capacidad y buen gusto!.

Alrededor de veinte mil visitantes acuden cada año al Museo Provincial del Mar. La «culpa» la tiene la Gerencia de los Museos lucenses. Aprovecho para aplaudir la última convocatoria en torno al mecenazgo de Álvaro Gil. O esa multi presencia de Encarna Lago por toda la geografía a su alcance, el prestigio que le reconocen en allende de nuestras fronteras de Gallaecia. Y desde luego su labor con los más jóvenes para acercarlos a nuestra cultura. ¡Gracias amiga!

¿ Y Sargadelos?. Digo como con Mondoñedo. Es inmortal, por tanto sólo está dormido, como aquella princesa que un día despertó con la llegada del caballero... Sargadelos es hermoso, ilustrativo, mágico y centro para explicar una buena parte de nuestra historia en torno a los hornos de fundición, a la loza, al intento con el vidrio, o a la utilización correcta de la masa forestal, incluso a las luchas entre reaccionarios e ilustrados. Pero requiere de un grupo experto en comunicación. Alguien que ofrezca explicaciones del pasado que comienza en ese Castro de la Atalaya cristianizado con la capilla de San Cyprianus, continúe con la épica de los cazadores de ballenas, repase la historia de la navegación a vela, con sus instrumentos; y conozca la tradición de las carpinterías de rivera, desde Juan Sarmiento hasta nuestro actual Francisco Fra. ¡El último romántico de una orgullosa saga!.

Comunicar los cuatro espacios. Cultura Castrexa, incluida las razones para el asiento del Faro -1864-, Museo del Mar, Carpintería de Rivera y Sargadelos, forman parte de un paquete cultural que ya quisieran tener otros y otras. Pero la cultura no puede dejarse como «una maría» del bachillerato, en manos de gentes alejadas del conocimiento y la investigación.

No puedo por menos que señalar la presencia del Seminario Estudos Terras de Viveiro, con sus fondos a disposición de los ciudadanos, en la esperanza de comunicar las experiencias que atesoran por los centros de enseñanza, la posibilidad de recuperar legados bibliófilos, visitar un barco bajo las explicaciones de un capitán, y esas magistrales clases sobre el Patrimonio que imparte Carlos Nuevo Cal. ¡Así, así, es como se hace camino al andar!