El maíz de América se plantó por primera vez en Europa en Mondoñedo y Tapia

La Voz

A MARIÑA

VIDA

Memoria de mariñáns, por Martín Fernández

16 abr 2018 . Actualizado a las 22:09 h.

El maíz -como la camelia, el magnolio, el eucalipto o la patata- es una prueba de la riqueza que supone abrirse al mundo e integrar gentes, pueblos y costumbres. De los mutuos beneficios que se derivan del multiculturalismo y la diversidad. El Boletín de la Real Academia de Historia de 1953 publicó la noticia: el maíz, cultivo propio de América, llegó a Europa en 1604. Se plantó, por primera vez en el continente europeo, en dos parcelas de Mondoñedo y Tapia de Casariego. Lo habían traído el asturiano Gonzalo Méndez de Cancio y Donlebún y su esposa, la mindoniense Magdalena de Luaces Estoa y Miranda.

El estudio, firmado por el juez y erudito Fermín Bouza Brey, aporta pruebas y documentos que el polígrafo galleguista consiguió, tras diversas pesquisas, en la propia familia Cancio y Estoa.

Gonzalo Méndez de Cancio había nacido en 1554 en la casa de Casariego, parroquia de San Esteban de Tapia (Asturias). Pertenecía a los Cancio, una familia de origen gallego con solar en el castillo de Nogueira de Burón (Lugo). Desde muy joven tuvo una gran vocación marítima que lo llevó a servir, a los 17 años, «con su persona y naos» la carrera de Indias. Y llegó a ser Almirante de la Armada. Bouza Brey dice que, al menos, fabricó cuatro naves a su costa: hacia 1574, «una nao grande» llamada El Apóstol Santiago; en 1583, otra semejante titulada Nuestra Señora de Escontrela por ser esa la advocación de su capilla de Casariego; en 1589, la María Santísima de la Concepción; y, finalmente, La Asunción Gallega, una nave de más de 600 toneladas. Con ellas sostuvo combates con barcos piratas, sorteó peligros y condujo a España cargamentos de riquezas, de piezas y materiales preciosos.

 El 22 de mayo de 1596, Gonzalo Méndez fue nombrado por Felipe II Gobernador y Capitán General de Florida. Y ya en el mes de junio, cuando salió para encargarse de esos «honrosos destinos», le acompañaba su esposa Magdalena de Luaces que tenía entonces 33 años «buen cuerpo, los ojos grandes y un hijo único llamado Antonio».

 Durante siete años ?hasta 1603- Gonzalo Méndez gobernó el estado de Florida y fomentó el cultivo intensivo de maíz dando tierras para plantaciones, construyendo un molino público y efectuando las reformas agrarias que demandaban el incremento de la producción y el aprovechamiento del cereal. Cuando regresó a España en el año 1604 trajo consigo varias arcas llenas de maíz, que él también llamaba pan indio. De esas arcas, se conservaron en la casa de Casariego una de cedro -Bouza Brey copió un inventario de 1729 que dice: «hay un arca de zedro en que vino el maíz de Indias»- y otra de castaño que, en 1953, estaba en buen estado. Y al poco de llegar a Galicia, el matrimonio sembró en sus fincas de Casariego (Asturias) y Mondoñedo el maíz por primera vez en Europa.

Rechazo vecinal, criados negros y envíos desde Ribadeo, según Fermín Bouza Brey

En su trabajo de la Academia de la Historia, Bouza Brey destaca que las primeras siembras de maíz suscitaron en Mondoñedo un hondo rechazo entre los colonos de las fincas de Magdalena Luaces. Hasta tal punto que tuvo que entrar violentamente en las tierras que tenía arrendadas y valerse de criados negros, que había traído de América, para efectuar la siembra. Según el citado estudio, la primera cosecha de maíz en Europa tuvo lugar en 1605 o, a más tardar, en 1606. Una fecha y un lugar ?el noroeste peninsular- que coincide, por otra parte, con las conclusiones de Manuel Murguía que decía que el cultivo del millo se generalizó en Galicia «en los primeros años del siglo XVII»

Murguía basaba sus afirmaciones en documentos hallados en el Mosteiro de Sobrado dos Monxes que demuestran que en 1634 con ese grano se pagaban las rentas al propio Mosteiro. Y en otros que constatan que en 1676 se exportaron por el puerto de Ribadeo, con destino a Vizcaya, 700 fanegas de trigo y 460 de maíz de pan.

Otros registros documentales gallegos destacan, por otra parte, una particularidad curiosa: los que atañen a la Galicia norteña y central y llegan hasta el río Navia, constatan la propagación del maíz desde antiguo; y los referentes a la Galicia oriental y sureña desconocen el cereal en el siglo XVIII y aún en el XIX.

Con estos antecedentes, Bouza Brey concluye su investigación sobre la introducción del maíz en Europa por Tapia y Mondoñedo con estas palabras: «se propagó de norte a sur en forma tal que treinta años más tarde de su llegada ya en el centro de Galicia se pagaban foros con su grano; pero en la parte meridional y oriental, todavía a fines del siglo XVIII y principios del XIX se mostraban refractarios a su difusión».

Según el ilustre galleguista, el Almirante Méndez de Cancio y su esposa trajeron también de América instrucciones para su uso en un cuadernillo que también se conservó hasta hace poco tiempo en el archivo familiar, del que ha desaparecido.

Él fue alcalde de Castropol y ella, hija del regidor mindoniense que hizo la Alameda y la Fiesta del Árbol

Gonzalo Méndez de Cancio y Donlebún nació en 1554 en la casa de Casariego, en Tapia, antiguo concejo de Castropol, el mismo lugar en que murió en el año 1622. Era hijo de Diego de Cancio Donlebún y de María Méndez de San Julián y Villaamil. Antes de haber sido nombrado el séptimo gobernador de Florida, había derrotado al pirata Francis Drake cuando se dirigía a Puerto Rico. Desde 1603, año en que regresó a su tierra natal, residió en su casa de Casariego y ocupó diversos cargos como el de Alcalde Mayor de Castropol y capitán de milicias. Su esposa, Magdalena de Luaces Estoa y Miranda, por su parte, era hija de Leonor Fernández de Estoa y Miranda y de Luis Luaces y Labrada, señor de Abadín y de San Juan de Lagoa de Montes de Meda, y célebre regidor de Mondoñedo.

Su fama procede de que plantó la arboleda de los Remedios y, cuando la concluyó, convocó a los vecinos y a los niños y les dio un gran banquete para que quedase memoria de que él había sido el que había cavado la Alameda y originado, de ese modo, la que Lence Santar calificó de primera Fiesta del Árbol del Estado.

El matrimonio entre Gonzalo y Magdalena tuvo tres hijos: Antonio, Diego y María.

La llegada del maíz supuso una auténtica revolución económica y social, además de alimentaria. Hasta entonces, se vivía de la harina de castañas y gracias a él se mejoró y diversificó la dieta y se construyeron hórreos y molinos de agua. Fue tal su éxito, a partir del foco inicial de Mondoñedo, que muchos detractores, entre ellos algún religioso, veían en él los peligros del monocultivo.