España descubre el faro de Bares

A MARIÑA

10 sep 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Felicidades. Los que han logrado que la vuelta ciclista a España pase por la antigua provincia de Mondoñedo, son dignos de elogio. Es el mejor escaparate. El sacrificio de los «esforzados de la ruta», «serpiente multicolor», saliendo de la inmortal Mondoñedo, bajo las campanadas de La Paula y La Ronda, camino de los concellos mariñanos hasta llegar a Bares-Vares, ha sido mucho más eficiente que las múltiples visitas a FITUR año tras año.

Nuestra costa, al norte del norte, desconocida, ignorada, confundida con A Coruña Y Pontevedra, tiene una magia especial, vista desde la mar, desde tierra y ya no digamos desde el cielo. Si fuéramos capaces de vender nuestro inmenso patrimonio de forma ordenada, aprovechando cada cita, tal como acertadamente pretende el Presidente de la Mancomunidad, Alfredo Llano, hasta nos podíamos ahorrar ir a IFEMA. ¿Se imaginan la atracción que podría tener un parque temático sobre la caza de la ballena en una costa plagada de surgideros desde el siglo XII?.

Me imagino el final de la etapa. Nada más y menos que en la punta más al norte. En presencia del hermoso faro de Bares. Señal marítima de primer orden, que comenzó a ser vigía para los mareantes en 1850. Con tres lugares de obligada visita. A buen seguro emocionó con su belleza a los componentes de la carrera ciclista. El semáforo- auténtico hotel de la naturaleza- con una vista increíble para ser explicada. El Coido Fenicio puerto de Bares, dónde comienza una de las playas más hermosas de Galicia. La Concha de Bares, que cuenta esa leyenda de una Igresia Bella oculta dónde celebran vísperas, en los plenilunios, las almas de aquellos caballeros del Temple que habitan en los restos del Monasterio de San Miguel de Quonicularia, dónde pagaban diezmos y primicias los balleneros de Bares.

Previamente la caravana disfrutó de esa vista sorprendente de la Ría del Barquero, que suma el arenal de Area Longa a los tres puentes -carretera, antiguo FEVE y el metálico, hoy peatonal, construido por un discípulo de Eiffel.

Vicedo es un Concello rico en playas, restos de conserveras, iglesias y senderos para descubrir la llegada del río Sor al Cantábrico. Desde una parte de Abrela, San Román del Valle-Areagrande- con su inmortal recuerdo a la tragedia del balandro «Drácula», Xilloi, Caolín y Vidreiro. Todo un lujo para descansar tras una dura etapa o antes de enfrentarse con las montañas astures próximas a Covadonga, mientras se degustan los mejores mariscos y pescados en el último puerto de la provincia de Lugo hacia el poniente.

Desconozco cuál ha sido la relación coste-ganancias en la jornada deportiva, pero la huella de las imágenes proyectadas por la televisión pública, son el mejor proyecto publicitario que se les pudo ocurrir a los Concellos de A Mariña. Por una vez, estamos en el mapa de las noticias, más allá de naufragios, más allá de temporales, que según los meteorólogos entran a la Península, siempre, por la Estaca de Bares.