Clara Rey Sarmiento, Clara de Río Cobo

A MARIÑA

PEPA LOSADA

18 abr 2021 . Actualizado a las 17:12 h.

Llevamos un novenario con nordeste. Me ha tocado vacunarme contra el virus. Hace más de un año que no te veo. Hace unos días comenté con Maika que en cuanto nos libraran las visitas, te visitaríamos; no sólo por hacerte compañía; ya sabes que siempre tengo preguntas para tus recuerdos.

Y es que te has marchado. Ahora no se a quien le pediré que me recuerde lo sucedido en La Cruz de Maximino, camino de A Cova Douro. Ni tendré quien me recuerde la sabiduría de aquel paisano de Trasbar que sentenciaba como un Séneca mariñano. Hasta tendré muy complicado que me cuenten como era aquel San Ciprián del Miramar con tu pariente Concha Rey- íntima de mi abuela y mi pariente Amadora Paleo- al frente de un hospedaje dónde se conocieron mi padre y Pepe Cruz, ambos solteros.

Tengo una foto en la que estamos de rigurosa ropa en azul Mahón, Jesús Murados, tú de peixeira y yo con mi boina calada contra el frío y el sol. Nadie volverá a darme aquellas rosquillas que el día de A Maruxaina -la de antes- llevabas en el paxe de mimbre, con el chorizo, la hogaza de pan y la botella de anís.

No te echaré de menos. Pues pienso seguir hablando de ti, que es la forma de hacer presentes a los ausentes. De cómo llevas apellidos de Carabineros Reales, fieles a la República. Y de artesanos para la madera de Carballo. Y cuando vea a las que como tú siempre consideré de "pata negra sanciprianesas"- Angelines, Manolita y Mari Carmen Mosquera, puede que echemos un cantarín propio de aquel puerto al que llegaba el carbón vegetal, olía a yodo marino y hacía sonar el cuerno para avisar que las tripulaciones de los Pillado, Barcia, Regino, Torres, Marcial...habían traído pescado o marisco que Arsenio guardaba en la Cetárea.

Como verás no tengo propósito de enmienda. Pertenezco al mismo lugar en los mismos tiempos en que tú me recordabas como un niño, o me contabas el cariñoso respeto a tu maestra Jaureguizar. Cuando eras Clara de Rio Cobo. Y Rio Cobo, unas hermosas casas de piedra granítica. Nada que ver con los poblados de A Veiga y Vía Láctea.

Desgraciadamente, el mundo se mueve, el tiempo pasa, algunos olvidan, otros nos quedamos huérfanos.