Hosteleros de A Mariña se preguntan por qué hay que tener «una PCR negativa para el bar, pero no para el súper»

La hostelería de los cinco concellos de A Mariña más poblados estrenará restricciones este sábado con el paso al nivel alto. Por primera vez desde el inicio de la pandemia, las autoridades no obligará al sector a cerrar el interior de los locales, pero los requisitos que deberán cumplir los clientes para acceder han generado un gran malestar entre algunos hosteleros mariñanos, que se muestran «moi indignados». Así estaba este miércoles Domingo González, presidente de Beiras de Viveiro y propietario de tres negocios en Cantarrana. «Quen son eu para esixirlle a ninguén que me xustifique se está vacinado, se ten una PCR negativa ou se xa pasou o covid?», se pregunta. Y lanzó una reflexión: «Se a Xunta recoñeceu publicamente que unha persoa que tivo o virus ou que xa está vacinada pode contraelo de novo e ser contaxiadora, como se lle vai dar unha vantaxe para entrar nun local fronte a alguén que non o está?». En su opinión, la medida impedirá que, por ejemplo, familias con niños de 12 años puedan ir a un local a comer una pizza. Tampoco comprende que se limite el aforo en el exterior al 50% frente al 100% actual. «Que limiten ó 50% dentro, enténdese, pero na terraza non ten sentido», agregó. «Isto é un peche encuberto para non indemnizarnos. Quen está disposto a coller datos sanitarios de clientes? Que nos pechen con todas as da lei e nos paguen a Seguridade Social, os alugueres, os recibos...», manifestó. 

Baja presión hospitalaria

A 30 kilómetros, el hostelero burelense Rubén Pinín, califica de «un pouco ridículas» las medidas que tiene previsto aprobar la Xunta para la hostelería tras la última reunión del comité clínico. Considera ilógico que para entrar en un establecimiento hostelero haya que presentar una PCR negativa, un certificado de vacunación o de haber superado el virus mientras que para entrar, por ejemplo, en un supermercado, donde se reúne mucha gente, no sea necesario. A juicio de Pinín, también hay que tener en cuenta que un alto porcentaje de los contagiados en la quinta ola están asintomáticos, por lo que la presión hospitalaria, y especialmente en las uci, es baja. González y Pinín ven peligrar un verano que hasta ahora estaba siendo «moi bo». «Vexo as medidas un pouco ridículas. Que podas entrar no súper sen PCR nin vacina con 500 persoas e nun bar non...», reflexiona.

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