Sin acuerdo en la primera reunión para evitar que Viveiro sufra una huelga de basura en Semana Santa

Lucía Rey
lucía rey VIVEIRO / LA VOZ

A MARIÑA

La alcaldesa y representantes de la plantilla, este miércoles; los de la empresa concesionaria (FCC) declinaron salir en la imagen
La alcaldesa y representantes de la plantilla, este miércoles; los de la empresa concesionaria (FCC) declinaron salir en la imagen XAIME RAMALLAL

Los sindicatos ven «inaceptable» la propuesta de la empresa FCC

01 mar 2023 . Actualizado a las 20:05 h.

Sin acuerdo concluyó este miércoles la primera reunión para evitar que Viveiro sufra en plena Semana Santa una huelga de basura. Por mediación de la alcaldesa, María Loureiro, representantes sindicales de los trabajadores y de la empresa concesionaria del servicio municipal de limpieza, la multinacional FCC, mantuvieron un encuentro en la Casa do Concello en el que las partes implicadas no acercaron posturas. «La empresa ha hecho una propuesta que no nos parece aceptable porque es insuficiente», apuntó al término del encuentro el secretario de la Federación de Servicios de UGT en Lugo, Eliseo Rivas. El sindicalista quiso destacar el papel como mediadora de la alcaldesa viveirense. «Ella lo intentó cuanto pudo, pero la empresa no quiso negociar nada», señaló.

«La propuesta que ha planteado la empresa no nos parece aceptable, la huelga desde el 30 de marzo sigue adelante», Eliseo Rivas, Federación Servicios de UGT en Lugo
«El Concello está ahí por responsabilidad y va a seguir luchando por un entendimiento entre trabajadores y empresa», María Loureiro, alcaldesa de Viveiro

Rivas señala que el próximo lunes, 6 de marzo, los trabajadores mantendrán una reunión para analizar la propuesta de la empresa, pero, en principio, la convocatoria de huelga indefinida prevista para el 30 de marzo continúa en pie. Los 20 trabajadores del servicio denuncian que llevan con el convenio colectivo paralizado desde antes de la pandemia del coronavirus, y los sueldos congelados de hace cuatro años. Sostienen que las condiciones que les ofrece la multinacional, propiedad en su mayor parte del magnate mexicano Carlos Slim, no son «dignas ni aceptables».