Es un problema generalizado. Sucedió este fin de semana en Trabada, una trifulca con dos heridos, trasladados al hospital, finalizada ya la fiesta-verbena hacía tiempo, como pudo haber pasado en cualquier otro sitio. O en Ribadeo, en una pelea también de madrugada.
No es culpa de las orquestas, que se preocupan con su trabajo y esfuerzo, de mejorar cada temporada para ofrecer el mejor espectáculo y atraer al mayor número de gente a sus conciertos. Y lo hacen de maravilla, tenemos las mejores orquestas. No es culpa de los concellos, que se preocupan de la organización, porque lo que sucede después, cuando todo acaba, es responsabilidad ya de cada cual. De saber comportarse.
El problema es más fondo. Algo falla en la sociedad. Cada fin de semana se suceden las peleas y los enfrentamientos sobre todo en las ciudades entre jóvenes. No es culpa de la Panorama, que al amanecer -ya concluido su concierto hace horas- unos jóvenes pierdan la vida de vuelta a sus casas al amanecer. Es muy triste que esto suceda, una tragedia y A Mariña aún está consternada, pero no es culpa de nadie. No es culpa de la París de Noia que un coche se empotre contra una carpa cuando está en plena actuación: es un accidente, una fatalidad. No es culpa del Combo lo ocurrido en Trabada; es, claramente, problema de quienes no saben comportarse, por decirlo educadamente. Las mejores orquestas actúan a estas alturas del año casi a diario y en el 99% de los casos la gente se divierte, disfruta con sus shows y no pasa nada. Y la primavera y el verano en Galicia son distintos gracias a estas y otras muchas grandes orquestas.