Al fin sabemos lo que pasó durante la pandemia

A MARIÑA

PEPA LOSADA

Se conocen las conclusiones del Sistema Nacional de Salud

21 dic 2023 . Actualizado a las 22:18 h.

Tarde llega el estudio: «EVALUACOVID-19. EVALUACIÓN DEL DESEMPEÑO DEL SISTEMA NACIONAL DE SALUD ESPAÑOL FRENTE A LA PANDEMIA DE COVID-19. Lecciones de y para una pandemia». Era y es absolutamente indispensable, hasta tal punto que existía en medios profesionales de la Salud Pública sospecha sobre intereses bastardos que impedían conocer lo que sin duda debe ser un trabajo epidemiológico retrospectivo sobre la incidencia del covid, que se comportó como una enfermedad social con unas derivadas económicas y sociales como nunca nuestra generación de profesionales de la salud habíamos conocido.

Una morbilidad con más de cinco millones de personas afectadas, que dieron lugar a más de cuatrocientos mil ingresos hospitalarios de los que casi cuarenta y dos mil precisaron cuidados intensivos, llegando a colapsar tales unidades de alta tecnología y vigilancia hasta el punto de obligar a jerarquizar el uso de tales recursos por su insuficiencia ante la demanda. Y a pesar de la red hospitalaria disponible en el Estado español de las Autonomías, se contabilizaron más de ochenta y siete mil muertes.

Sin duda en una escala de problemas situamos a la cabeza lo acontecido en las RESIDENCIAS DE MAYORES; por falta de protocolos previos, por pésima coordinación en el espacio socio sanitario, entre el sistema de asistencia sanitaria y los servicios sociales, que ahora más que nunca deberían haberse planteado formar parte del mismo dispositivo integrado e integral.

Necesidad de asumir para mejorar las ausencias de formación troncal en el personal socio sanitario; el traslado de los pacientes; los protocolos de derivación y la priorización en el uso de los recursos cuando estos son escasos y se ven superados por la demanda. Costó «un potosí» declarar el padecimiento infectivo de esta gripe con sus graves consecuencias como ENFERMEDAD PROFESIONAL para aquellos trabajadores del sector asistencial que murieron o padecieron ten entidad nosológica. Ello unido a la falta de equipos de protección personal y al recorte que se arrastraba en las plantillas del Sistema Nacional de Salud en hospitales y centros de salud, así como el ratio personal cama en las residencias, hecho para centros con más validos y menos dependientes, supuso un cuello de botella de nefastas consecuencias. No basta con aplausos. No basta con declararlos como héroes, que sin duda lo fueron y lo son tantas veces. Hay que dotarlos de medios y formación continuada.

Y algo que se repite hasta la saciedad pero clama en el desierto. La reorganización y reconsideración de la red de Centros de Salud -asistencia sanitaria de atención primaria- cuya actividad se ve prácticamente subsumida por la burocracia con atención al programa informático y los tratamientos sintomáticos sin conocimiento de la etiología a base de una farmacología que nada tiene que ver con la que se usa en los hospitales donde además de la uni dosis los tratamientos están protocolizados. A lo que añadimos la ineficiencia de un sistema que deriva más que resuelve.

Todo lo que recoge el informe, al menos en sus conclusiones sobre errores y desde luego medidas para dotar al servicio nacional de salud, no solo son necesarias, es que serán la barrera ante nuevas pandemias en un mundo globalizado con agentes causales mutantes y movilidad creciente de la población entre el tercer mundo y occidente.

* Pablo Mosquera, médico. Fue director del Hospital de Vall de Hebrón y director gerente del Hospital de la Costa.