A poco más esa controvertida industria ALTRI nos la colocan por estos pagos, incluso alguno apuntaba Cuíña en Cervo, como alternativa al RIP de ALCOA. Uno, que sigue siendo un ingenuo soñador, pensaba que las Instituciones Públicas y las mesnadas de funcionarios o asesores estaban tratando sobre el nacimiento de alternativas tras asumir el fin del ciclo industrial aluminero. ¡Los muertos nunca resucitan!
Echo de menos a personajes como Isaac Díaz Pardo y Luís Seoane. Primero por su capacidad para explicar cómo fue el ciclo industrial del viejo Sargadelos que cierra en 1875 y sus consecuencias socio económicas en la antigua provincia de Mondoñedo. Pero también su patriotismo identitario cuando crean el nuevo Sargadelos que dio empleo a muchas damas de mi generación que soñaban con la libertad del salario y los derechos socio laborales que aún perduran.
Echo de menos un plan para explorar la fortaleza que supone el puerto de ALCOA SAN CIPRIÁN. Es el mayor activo sobre el que su debe diseñar un centro intermodal industrial. Dejarlo casi todo al albur del turismo no solo es un riesgo. Es huir mediante el sector servicios del derecho a proyectos del sector terciario, que hasta puede ser una industria de transformación desde el sector primario, pero eso sí...sostenible con el derecho al medio ambiente, que en nuestro caso no solo es tercera generación de los Derechos Humanos, es también gran activo para un visitante culto, con calidad en el consumo, capaz de mover un desarrollo urbanístico que devuelva la vida a nuestras mágicas parroquias.
No es que haya tenido un sueño. Es que me tocó vivir en Euskadi la gran crisis que llegó a poner un 25% de tasa parada en relación a población activa. Se solventó con tres iniciativas. La reconversión del medio rural vasco bajo modelo cooperativista-Mondragón que afectó sobre todo a la población joven desempleada. La creación de espacios culturales que no solo chocaron con la pésima imagen de aquellas Vascongadas entre ruinas industriales y conflicto político con terrorismo, es que demostró que invertir en cultura era inversión productiva. La máxima dedicación para dotar las comunicaciones por tierra, mar y aire a los polígonos industriales que además contaron con ofertas de suelo industrial barato y bien dotado, amén de una fiscalidad favorable. ¡Cuánta envidia pasé, no solo por el Concierto Económico -pieza fundamental en el Régimen Foral-, también por el sentido que tuvieron para desarrollar las mejores potencialidades del territorio vasco. Mimaron a las mejores corporaciones industriales. Fueron tras de ellas como excelentes comerciales. Hasta descubrí polígonos industriales que transformaban residuos industriales en materia reciclable y luego ponían en el mercado amén de crear empleos.