Lo escucho ahora que se termina el verano. ¡Nos han descubierto!. Las gentes del asfalto no soportan la contaminación y esas elevadas temperaturas que han llegado a las ciudades para quedarse. Buscan las noches con brisa y jersey. La pandemia hizo de la necesidad virtud.
Pueden vivir en nuestra costa norteña Cantábrica Galaica y trabajar con un ordenador viendo como cae la lluvia. Pisos, hoteles, auto caravanas...Desde Ribadeo hasta Mañón-Barqueiro-Bares. Un paraíso con playas que nada tienen que ver con el Mediterráneo.
No me imagino a mis amigos de Vicedo, con casa en Area Longa, levantándose muy de mañana para poner sombrilla y tumbona en ese inmenso arenal blanco que limita con la desembocadura del Sor. Todavía juegan pachangas futboleras al medio día en la última playa luguesa...
Somos hospitalarios. Nos gusta compartir nuestro patrimonio con los viajeros. Les animamos a que visiten esta mágica Mariña y lo cuenten como una experiencia inolvidable. No necesitamos ir a FITUR. Serán embajadores plenipotenciarios de lo visto o disfrutado, los visitantes que se sorprenden con esas tapas sin coste adicional que se sirven con el aperitivo en nuestras cantinas portuarias. Les veo como disfrutan los domingos en el muelle de Celeiro. Desde el Chiringuito hasta el mítico Rancho Chico. Por cierto, esa histórica taberna hoy gestionada por un matrimonio manchego que han sabido adaptarse en muy poco tiempo a nuestra forma de ser y estar. ¡Da gusto que haya gentes que se esfuerzan por agradar al cliente gallego y mariñano, además de al foráneo!
En cualquier caso. Merece la pena leer el último informe de Greenpeace. Crisis a toda costa 2024. No nos dijeron, o no lo suficiente, que había que cuidar la costa, porque nos protegía y nos protegerá frente a la mayor amenaza que hemos causado los seres humanos al quemar petróleo, gas y carbón: el cambio climático. Se lo voy a remitir a todos los departamentos medio ambientales de los Concellos Mariñanos. Según la regla de Bruun, que calcula el retroceso de las playas, por cada centímetro de subida del nivel del mar se perderá un metro de costa.
Debemos ser más exigentes con los Ayuntamientos. Son los gestores de los cascos históricos. Limpieza, iluminación, mantenimiento, residuos, ruidos, movilidad y aparcamiento. Plan de conservación y recuperación de las ruinas. Y algo imprescindible, recuperar al pequeño comercio frente a la gran superficie. Proteger la pequeña actividad económica familiar. Es un sofisma afirmar que solo debemos potenciar la industria o incluso mirar para otra parte ante sus vertidos. Caso Alcoa, con una peligrosa balsa y productos tan peligrosos como la sosa cáustica y el cadmio.
No logro entender que F. Fra se convierta en promotor de un cámping integral y se permitan a las autocaravanas invadir San Ciprián, sin orden ni respeto. Es una competencia desleal. Claro que pudo ser peor. Hubo un momento en que se barajó colocar Altri en el polígono de Cuíña, entre Cervo y San Ciprián.
Me gustaría ver como sucedió en Ibiza con la moda LIB. Promoción de pequeñas tiendas con moda mariñana o artesanía entre la cerámica y la madera. O recuperar un mar de cultura con un modelo de Universidad para cursos posgrado, sobre ciencias marinas, medio ambientales, arquitectura, transformación de residuos, deportes náuticos y moda del lino. Con sede en Santa Catalina de Mondoñedo a estilo cursillos que fueron de Sargadelos o son de Santander- Menéndez Pelayo-
Una vez más, ¡la imaginación al poder!