Una burelense que vivió un tiempo en Torrent y volvió de allí unas 48 horas antes de la dana: «Non me pillou de milagro»
A MARIÑA
La hija, el yerno y la nieta de Dolores López residen en la localidad valenciana pero en una zona alta que se salvó de la riada y ahora ayudan a vecinos y amigos a limpiar
03 nov 2024 . Actualizado a las 05:00 h.Los vínculos familiares y personales entre A Mariña y la región valenciana, duramente castigada por la dana y con una cifra alarmante de víctimas mortales más impresionantes consecuencias a nivel de daños materiales, salen a la luz poco a poco, con testimonios que estremecen. Por poco no pilló la impresionante tormenta a la burelense Dolores López Paleo, quien durante varios años de su vida vivió en Torrent. De hecho, en la localidad sí que residen su hija Rocío Gómez López, nacida en Burela, y su yerno Jabel Balseiro, que también es mariñano, natural de Celeiro en Viveiro, con una hija en común. Afortunadamente, están bien. Su hogar está en una zona alta, que se mantuvo a salvo de la enorme riada, que asoló todo a su paso. Después de una estancia de un mes allí, señala ella: «Non me pillou de milagro. É a segunda vez que me pasa na vida porque unha vez, estando en Valencia, viaxei cunhas amigas a Carcassone, en Francia, e ao volver en autobús empezou a tronar e chover. Cheguei á casa e ao día seguinte dixéronme que aló houbera unha inundación tan grande que morreran nove personas, e eu estivera alí o día anterior». Esta vez regresó a Burela tan solo unas 48 horas antes de producirse la dana. «Estiven falando cos meus hoxe, que estiveron axudando a limpar», añade, describiendo, porque la conoce perfectamente, la orografía del enclave. La pareja, señala, dirige sendos centros deportivos y, particularmente en el que lleva su yerno, sirve de base para helicópteros que forman parte del dispositivo de emergencias. «O venres á mañá xa o chamaron para que fora abrir as portas e que poideran aterrizar para traer a axuda», indica.
«Contoume que temblaba a casa cos relámpagos»
El día de la dana, cuenta Dolores que su hija acababa de cerrar su centro deportivo ante el aviso de alerta roja y que mientras conducía iba hablando con ella, contándole en tiempo real cómo se iba desarrollando la meteorología, hasta llegar a casa y resguardarse los tres: «Dicíame que chovía moito e que ía circulando moi lento pola carretera. Estaba entrando ás tres da tarde e aparcou no garaxe. A casa deles queda alta e é difícil que, ainda que chova moito, entre a auga, porque hai carreteras inclinadas. Contoume que temblaba a casa cos relámpagos e que asustaba. Efectivamente, empezou a chover e a chover... Houbo un momento en que estiveron incomunicados de teléfono. Daquela non podía sair da casa e non sabía cómo estaría a parte de abaixo. Cando saiu da autopista díxome que fora a última e que logo xa cortaron o tráfico».
Dolores López hace un seguimiento de cómo está su familia allí. «A miña filla díxome _agrega_ que é terrorífico. Eles teñen moitos amigos, levan alí polo menos 16 anos, e están moi relacionados coa xente da zona, dos lugares onde se desbordaron os ríos».