La ciudad no es para mí

José Díaz

A MARIÑA

PEPA LOSADA

01 feb 2025 . Actualizado a las 14:59 h.

Estos días fue FITUR. Entre el título y el comienzo este artículo huele un poco a azúcar de caña, ¿verdad? Hay instintos inevitables, amigos. No es a pocos politicuchos de tres al cuarto a los que se les ponen los dientes largos cada vez que llegan estas fechas tan entrañables. Desempolvan sus trajes y sus corbatas para sentirse elegantes e importantes por unas horas. Se encolonian y se peinan como para una boda, y delante del espejo ensayan caras de interesantes y de expertos gestores municipales. Algunos llevan yendo más de diez años (a Fitur) y hasta de veinte. ¿A qué? En teoría a representar a sus pueblos institucionalmente, en la práctica a pasear por la capital con todo pago.

Digamos que es una excursión financiada por todos nosotros para alcaldes y concejales. Allí, al parecer, tienen grandiosas reuniones con representantes de importantes empresas de todo el mundo a los que convencen con sus dotes sociales y comerciales de las grandezas de sus tierras. Y consiguen enormes objetivos mediáticos, incluso de alcance extra-planetario. Al menos, esta es la imagen que queda en su imaginación y la que venden a su regreso. La realidad es, en muchos casos, bien distinta. Para hacer lo que sea primero hay que valer, prepararse para ello académicamente y luego currárselo, pero de verdad, con organigramas de trabajo reales, con llamadas y mails a troche y moche.... Pero el hecho es que en Madrid, señores, desembarca de todo con la misión de nada. Siempre que llegan estas fechas no puedo dejar de recordar al gran Paco y su excelsa comedia: «La ciudad no es para mí». Enorme siempre en los papeles de cateto, un genio del género, sin lugar a dudas. Es curiosa la similitud que busca la mente, o no tanto a lo mejor. Me siento hasta un poco perverso por semejante asociación de ideas, pero es que luego les escucho hablar (a algun@s) y se me pasa.

Básicamente, aquí (a la costa de Lugo, a la Mariña lucense) hay que venir porque nuestros pueblos tienen puertos, vida marinera, paseos marítimos y gentes maravillosas. Que no niego que esas sean buenas razones, pero hay que buscar la singularidad de cada uno, también en lo cultural o en lo artístico, que algunos tienen, aunque por “algún motivo” quienes debieran promocionarlo, renieguen de ello. “¡Oh envidia, raíz de infinitos males y carcoma de las virtudes! (Cervantes)”.

* José Díaz, escritor; exconcejal delegado de Cultura del PSOE en Burela.