
Hace unos días y como ya hace años la OMS nos insta a reflexionar cada 4 de febrero sobre el estado epidemiológico del cáncer así como los avances en investigación y las formas de convivir dignamente con la enfermedad que padece la humanidad en cifras un tanto alarmantes. Como médico soy firme partidario de invertir recursos en salud. Es más, en la pirámide del gasto público siempre -desde mi vida profesional o política con cinco legislaturas en un Parlamento- insté a dedicar más recursos económicos tanto a la formación de expertos como a la investigación en España y sus comunidades autónomas para la lucha integral frente al cáncer. Es una inversión muy productiva: calidad de vida, eficiencia del Sistema Nacional de Salud, nichos de empleo -curar y cuidar- e investigación. Y algo muy «etéreo pero moral», actuar más allá del norte que diferenciaba Mario Benedetti cuando señalaba las diferencias con ese sur que también existe.
La prevención primaria de los diferentes tipos de cáncer pasa por el control de los agentes causales y los factores de riesgo. Hay una ministra de Sanidad que ha sido hasta hace muy poco médico hospitalario con mucha experiencia en tratar procesos agudos y crónicos. Y ha señalado humo del tabaco, estufas de gas y publicidad de bebidas alcohólicas como espacios a modificar.
Y lo más importante, las cifras que se manejan desde organismos muy fiables y cualificados que no deben pleitesía a ninguna actividad económica, cuyos dividendos colisionan con los consumos de sustancias cancerígenas señalan que aumentan los casos de tumores de pulmón no solo por el tabaquismo, también por la contaminación del aire. Uno de los últimos números de la prestigiosa revista Lancet analizaba tal problema de salud; incluso señala que del cáncer pulmonar por Adenocarcinoma estamos pasando al de células escamosas, muy relacionado con vertidos a la atmósfera.
La tasa bruta de nuevos diagnósticos para el cáncer en Galicia por cada 100.000 habitantes es de 710, superior a la tasa bruta media del total de España que se sitúa en 591 casos. El de mayor incidencia es el colonorectal, seguido de próstata, mama y pulmón. El tumor que origina más muertes en Galicia es el de pulmón, seguido de colonorectal. Todo lo que antecede justifica pasar de las promesas a la acción. El cáncer de pulmón debe ser objetivo prioritario para los responsables de la sanidad. Lo mismo que es realidad efectiva la prevención por diagnóstico precoz de los tumores en: mama, útero, próstata y colon; debe ser más que inicial el programa para la detección precoz del cáncer de pulmón mediante cribados sistemáticos en la población diana y desde luego, dos decisiones urgentes del Ministerio, analizar los vertidos industriales como factor de riesgo y emplazar a los servicios oncológicos de las áreas de salud a medir y publicitar la morbilidad y mortalidad por cáncer de pulmón en cada área de influencia, más allá de justificarlo por el envejecimiento poblacional.
Lo dicho se fundamenta con el siguiente titular que leímos aquí: «Este año esperamos unos 180 casos de cáncer de pulmón en Lugo, un 20% más que en 2023 (servicio de Oncología del HULA)».
* Pablo Mosquera es médico, exdirector gerente del Hospital Público de la Costa.