Raquel Hermida llega con nuevo libro, «Juega»: «Jugar es la forma más bonita de reconstruirse»

Yolanda García Ramos
yolanda garcía BURELA / LA VOZ

A MARIÑA

EDUARDO DE MARTÍS

Empezó a escribirlo al lado de su padre Ramón en el hospital, que ha sido su gran mentor, y es un canto a «despertar nuestros recursos que tenemos en el interior para vivir de forma más congruente»

03 jun 2025 . Actualizado a las 17:39 h.

Raquel Hermida, docente, orientadora y experta en personas. La «psicóloga social», como la reconocen muchas personas que se apoyan en ella, presenta su segundo libro Juega, una obra que, dice ella, «agita almas e invita a despertar la magia interior y vovler a empezar, incluso cuando la vida te rompe». Su primera presentación será en Burela el día 8 de junio (Casa da Cultura, 12.00 horas) un acto con actuaciones, juegos y diversión. «Empecé a escribir este libro al lado de mi padre, en el hospital. Él fue mi gran mentor. Juega es una invitación a despertar los recursos que ya tenemos incluidos de serie para vivir de forma más congruente», afirma emocionada. Cuando Raquel Hermida retrocede en el tiempo y llega al instante en que comenzó a articular Juega con palabras, se queda sin ellas. Habla de su padre, Ramón Hermida, fundador de Academia A Mariña, y que fue testigo, en sus últimos días, del nacimiento de la publicación de su hija. Libro en mano, aquellos recuerdos le emocionan notablemente. Uno de los capítulos más potentes del libro se llama «La curiosidad mata a mis demonios», palabra que su padre usaba con ella desde niña. Porque la curiosidad, decía él «es la semilla del crecimiento, el conocimiento y de la inteligencia verdadera y, si la gente no es curiosa, no investiga, pierde la magia de crecimiento. Ser una buena persona es también firmar un pacto con uno mismo de confianza, respecto y conexión para poder crecer como ser humano. Es necesario ese valor y ese coraje de querer saber el para qué estamos aquí, no porque mis padres una noche o una mañana se amaron mucho y aparecí yo, necesitamos encontrar nuestro para qué. Yo he heredado todos esos valores que me enseñaron mis padres, sobre todo mi padre, del trabajo, estar, escuchar y ayudar a los demás, sostener a otra persona, tender una mano porque de esta forma serás un buen ser humano».

_¿Cómo se sostiene al otro?

_Cuando alguien está mal, necesitamos que alguien esté a nuestro lado, simplemente, estar. Lo pongo en el libro. Cuando fue la muerte de mi padre me decían «todo pasará» o «el tiempo lo cura todo». Estos mensaje huecos no te ayudan. Lo más importante de ayudar a los demás es estar, da igual cómo estés. Estamos, pero escuchando.

_¿Cómo le hizo crecer en particular este libro, después del primero que ya abrió su camino literario?

_Juega para mí es un manual de vida, escrito desde un proceso real de reconstrucción, una verdad articulada entre la pérdida de mi padre Ramón Hermida y la necesidad vital de reconstruirme y ayudar a reconstruirse a muchas más personas con otras situaciones dolorosas: hablo de maltrato, violaciones, crisis económicas, entre otras. Realicé un estudio de investigación «Los principios fundamentales de mi vida» con miles de personas para intentar analizar qué aspectos consideraban prioritarios para llevar una vida feliz y plena. El 87% de los encuestados respondieron: la salud mental y emocional por lo que Juega te invita a vivir con autenticidad, pasión y propósito para reconstruirte de nuevo. Hay que andar significó para mí un regalo hacia los demás de todo lo que yo había aprendido durante tantos años trabajando con y para las personas, técnicas que empleo en mis formaciones, creadas por mí o tras investigarlas, haberlas mejorado. Quise recogerlas para que la gente se moviera, como dice el libro Hay que andar. Es más, este se va a incluir en un paquete de turismo del Camino de Santiago.

«Juega te invita a vivir con autenticidad, pasión y propósito para reconstruirte de nuevo»

_¿Cómo se reconstruyó Raquel Hermida y qué versión es ahora? ¿Raquel 5.0?

_Mejorada porque he sido capaz de aceptar lo que me ha pasado, curiosear en mi interior, conectar de nuevo conmigo, reflexionar para coger impulso y ponerme a jugar de nuevo en esta partida tan maravillosa que nos da la vida. Te acabo de explicar el algoritmo en el que se basa Juega [ríe]. Tenemos que pensar que cada día que pasamos es un día menos de nuestra vida. Dar valor a lo que ya tienes y a lo que puedes conseguir es lo que te hace conectar con tu interior de nuevo para dejar de vivir con el piloto automático puesto y ponernos en acción para no ver cómo los demás juegan, mientras tú te quedas en el banquillo mirando como lo hacen. Cuando las dudas o los miedos me impiden tomar una decisión o hacer algo empleo una técnica muy sencilla para activarme y es la que siempre me decía mi padre cuando me tiraba a la piscina o cuando mi cerebro me bloqueaba para tomar alguna decisión: «A la de 1… A la de 2… y a la de 3... ¡Hazlo!». De esta forma, mi cerebro se centra en contar y no en los miedos que me pueden provocar la acción que voy a realizar.

_¿Hay miedo al autoconocimiento en la sociedad actual o no? ¿Hay miedo a jugar?

_Realmente casi nadie quiere mirar sus entrañas porque asusta. Jugar invita más a levantarte por la mañana minimizando los problemas que tenemos para poner el foco en lo que realmente queremos y conectar con nosotros mismos para generar autoconfianza. Es el juego de la vida, no quedarte en el sofá mientras los demás juegan y tu dices 'quiero estar ahí'. No salimos a jugar por el miedo al qué dirán, a fracasar, a tener problemas o a las propias crisis que nos achican. Jugar tiene mucho que ver con la etapa infantil pero también con la de madurez, adultez y vejez. Todo el mundo juega, desde el minuto uno que nace, hasta que muere.

«Poner el foco en lo que realmente nos hace run-run es una habilidad que podemos entrenar»

_Evoca el juego infantil como libre y espontáneo, pero en la vida adulta llegan las responsabilidades laborales, familiares y sociales y da la impresión de que esa parte lúdica incluso puede generar como una sensación de «autoculpa».

_Yo quiero llamar la atención a volver a resurgir de nuestra infancia, para seguir jugando en la vida, seguimos siendo niños y niñas: «Un niño curioso será siempre un adulto valiente. Si dejamos de investigar, perdemos la magia». El juego del que hablo tiene poco de superficial y mucho de coraje. Implica que nos abramos, que nos cuestionemos, que despertemos la conciencia, enfocar nuestra mente y conseguir una vida plena, porque poner el foco en lo que realmente nos hace run-run es una habilidad que podemos entrenar y te ayuda a reconstruirte como ser humano después de una crisis, de un divorcio, una pérdida como en mi caso mi padre. ¿Cómo vuelves a reconstruirte? Jugando. O aceptando que te ha pasado a ti, y esto, no es rendirse. Desde que nacemos, repito, tenemos una capacidad de investigar y de curiosear. ¡Descubrimos como hacer fuego! Es la iniciativa, hacer cosas y conectar con uno mismo porque si no estoy bien conmigo misma, ¿cómo van a estar bien los que me rodean?

_¿Cómo se combinan los dos ámbitos: cómo yo me veo y cómo me ven los demás? Sobre todo en este mundo de Inteligencia Artifcial, etcétera... En el que nos ha tocado vivir.

_La clave es ser tú mismo. No hay bichos raros. Para ser un buen ser humano hay que dejar los egos de lado y dar sin esperar nada a cambio. Compartir y ser agradecido, esa es nuestra diferencia frente a un robot. En mi caso, escribir es un acto de amor, de entrega y de compromiso ante una sociedad que necesita ser sostenida a nivel emocional, y que al final es mi propósito de vida. Tanto ¡Hay que andar! como Juega, no son únicamente libros de desarrollo personal. Son también proyectos solidarios con alma y causa. El primero fue publicado en favor de Fagal (Federación Galega de Alzheimer) y Juega en favor de la ONG Cinco Palabras. Escribir es mi forma de dar, si mis libros ayudan a transformar almas, porqué no también a ayudar a quienes más lo necesitan. Cuando nos falla la mente hay que pensar que tenemos un corazón lleno de vida para seguir moviéndonos y viviendo.

«Escribir es mi forma de dar, si mis libros ayudan a transformar almas, porqué no también a ayudar a quienes más lo necesitan»

_A nivel social, a las mujeres en distintos ámbitos no se les permitió «jugar» en el pasado. ¿Cómo afectó?

_Las mujeres necesitamos mentorizar a las niñas para que jueguen, no se queden mirando como los maridos o los hombres de su casa «jueguen la partida». La independencia emocional debe estar totalmente ligada a la económica. Solo así somos verdaderamente libres.

_A la independencia que primero conquistó la población femenina en lo material, la económica, ¿le sigue ahora la emocional?

_Lo aseguro. Trabajo con muchas mujeres de otros países y les digo que, por favor, sean independientes económica y emocionalmente. Cuando dependen de un hombre en todos los sentidos están ninguneadas. Necesitamos transmitir estos valores. Pero realmente Juega es un mensaje para todos porque no hay diferencia de sexo. Hay una cultura ancestral que nos limita en todos los ámbitos, sexos y edades a ser nosotros mismos. Otro ejemplo de discrimiinación, el edadismo. Colaboro con la Generación Savia, que consideró ¡Hay que andar!, como uno de los libros solidaros con más impacto en el crecimiento personal y profesional, impartiendo alguna píldora formativa a personas mayores de 50 años. Ante esa discriminación hay que ayudarles y apoyarles porque son los grandes maestros a los que podemos consultar y los que nos inspiran, como lo son en muchas culturas donde piden consejo al anciano porque sabe.

_¿Hay tercer libro en mente?

_Como dice el otro «la cabeza no para». Este ha sido un reto personal y me ha costado tres años, tengo en mente varios proyectos antes de crear un tercer libro, aunque ya hay personas que se han leído ¡Hay que andar! y Juega, y me están pidiendo el tercero. Vamos poquito a poco, porque es muy difícil cuando tienes tantas ideas en la cabeza ordenarlas y organizarlas, sobre todo en una etapa en la que te falta una pieza fundamental en tu vida. Mi padre ha sido mi mentor. Con Juega me ha faltado ese apoyo y me sentía perdida. Os lo puede asegurar Xabi, mi marido. Había veces que volaban las hojas por la habitación. Pero como digo en el primer capítulo del libro «hay que volver a aprender a vivir». No hay que olvidarse, sin embargo, de lo aprendido, pero sí volver a aprender sin la persona y sin la crisis también.

_A veces se analiza desde el punto de vista individual cuando una pérdida o separación, por ejemplo, es algo que le pasa a mucha gente.

_Una de mis frases favoritas, de Robin Sharma, que siempre digo en mis formaciones y conferencias es que hay gente que se muere a los 20 años y los enterramos a los 80. Tú, ¿quién quieres ser? Cuando la vida nos da un toque, podemos resurgir pero ya te preguntas si quieres seguir viviendo la vida que vives. No me gusta ver a muertos vivientes.