La desaparición del silencio: con la hiperconectividad imposible estar a solas

Felipe Debasa

A MARIÑA

Felipe Debasa
Felipe Debasa

27 jul 2025 . Actualizado a las 17:47 h.

El silencio es un espacio esencial en la construcción interior. Así lo han entendido durante siglos quienes habitan conventos y monasterios, como los que aún perviven en Galicia. Filósofos, místicos y artistas también comprendieron que el pensamiento profundo solo surge cuando se apaga el ruido externo y se enciende el pensamiento profundo.

Vivimos en una época marcada por la IV Revolución Industrial, también llamada Era de la Inteligencia Artificial, en la que la hiperconectividad ha erosionado uno de los pilares necesarios para conocerse a uno mismo: el silencio. No solo el físico, también el simbólico. La mente contemporánea está saturada de notificaciones, pantallas y estímulos que invaden incluso los momentos de pausa.

La mente contemporánea está saturada de notificaciones, pantallas y estímulos que invaden incluso los momentos de pausa

Ya no existen espacios vacíos. Los dispositivos móviles ocupan el tiempo muerto desplazando la abstracción. Estar a solas con uno mismo se ha vuelto incómodo, incluso sospechoso. Ante ello, se buscan soluciones individuales: aplicaciones de meditación, paisajes sonoros con ruido de cascadas o tormentas, música a 432 hertzios, la frecuencia que algunos consideran el sonido natural del universo.

Sin embargo, el silencio verdadero no puede ser programado ni monetizado. Es cada vez más escaso. Esta pérdida tiene consecuencias cognitivas. Estudios muestran que el silencio favorece la memoria, reduce el estrés y activas regiones cerebrales asociadas a la creatividad. Pero también tiene una dimensión política. En una economía basada en el dato, desconectarse es resistir, una acción revolucionaria. El silencio se convierte en el último bastión de la soberanía individual, el lugar donde se forma el análisis, el juicio crítico, la capacidad de pensar por uno mismo.

Recuperar el silencio no es un acto nostálgico. Es una necesidad urgente. En 2020 hablamos de ello en TEDxMondoñedo, donde se planteó la importancia de desinfoxicarse. La necesidad de desconectar de los estímulos digitales para encontrar una libertad auténtica, no programada ni absorbida por algoritmos.

En 2020 hablamos de ello en TEDxMondoñedo, donde se planteó la importancia de desinfoxicarse

Uno de los ponentes de aquel encuentro fue el profesor José Ramón Saura, uno de los investigadores académicos más citados en su especialidad. Cinco años después, ha regresado a A Mariña, en busca precisamente de ese silencio que permite desinfoxicar. Hoy celebra su 33 cumpleaños en Lourenzá, número de resonancia ritual y cabalística, y se convierte en nuevo vecino de esta tierra que ofrece la solución para la conciliación entre la vida tecnológica y la biología.

* Felipe Debasa es profesor titular de Historia Contemporánea (Universidad Rey Juan Carlos de Madrid)