El bonito a la leche de O Almacén, en Cervo, la «más sorprendente» de 65 recetas recopiladas de Cabo Ortegal a Bayona, en Francia

Lucía Rey
Lucía Rey CERVO / LA VOZ

A MARIÑA

En imagen de archivo, el chef cervense Nando Blas recibiendo en París el Gran Collar de la Orden Hispano Francesa al Culto del Gran Maestro Paul Bocuse
En imagen de archivo, el chef cervense Nando Blas recibiendo en París el Gran Collar de la Orden Hispano Francesa al Culto del Gran Maestro Paul Bocuse CEDIDA

El chef Nando Blas recuperará este miércoles una receta de su abuela

12 ago 2025 . Actualizado a las 15:33 h.

El bonito a la leche de O Almacén, en Cervo, es la «más sorprendente» de 65 recetas de bonito del Cantábrico recopiladas entre el Cabo Ortegal y Bayona, en Francia. Así lo destaca el gastrónomo aficionado Carlos Martínez-Guardado y Fernández-Ovies, que se encargó personalmente de probar cada una de ellas y recogerla. Patrono de la Fundación Grande Covián, cuya sede está en el Hospital Universitario Miguel Servet, de Zaragoza, Guardado trabajó en el servicio médico de Alcoa San Cibrao durante 37 años. De ahí su estrecha vinculación con la comarca y su amistad con Fernando, Nando, Blas, chef de O Almacén, que hace tres años recuperó para él una receta que en tiempos preparaba su abuela. «Esta receta tiene de especial que el bonito se echa en leche. La comida de subsistencia de antes es lo que ahora se llama de 'kilómetro cero', y en esta zona abundaban el bonito y la leche. La receta tenía una razón de ser porque era lo había al lado», subraya Guardado, que también fue concejal en Cervo y en Avilés, su tierra natal.

Este miércoles lo acompañarán en la degustación el presidente de la Federación de Cofradías de Pescadores de España y responsable de la de Burela, Basilio Otero, y la presidenta del Club de Guisanderas de Asturias, Amada Álvarez Pico. Una entidad de prestigio integrada por mujeres que rescatan recetas de antaño. Además Guardado ha encargado una ficha nutricional de la receta, en la que se destaca su alta calidad. «Se trata de un plato con alto contenido en proteínas procedentes del bonito (alrededor del 25%) y la leche (3%), todas ellas con un altísimo valor biológico por su riqueza en aminoácidos esenciales», señala el citado documento, que también alaba su riqueza en vitaminas (D, B12, A, B6, B3 y B2), o en minerales como calcio, fósforo, magnesio, hierro y potasio.