As San Lucas de Mondoñedo, la fiesta más antigua de España y la segunda de Europa, brilló de nuevo en el momento de un espectáculo singular y emotivo en el que el caballo es de nuevo el protagonista: la bajada de las reses desde los montes de O Xistral hacia el Campo dos Paxariños donde este sábado será la feria. Alrededor de 500 ejemplares cruzaron majestuosos la Plaza da Catedral a media tarde con el público llenando el recinto y todos los aparcamientos a tope.
La espera fue entretenida porque en pantalla se proyectaba lo que pasaba fuera del casco urbano y se daba voz a varios mindonienses. Sin embargo, esta se calló cuando hubo un minuto de silencio en honor al ilustrador Xosé Vizoso, fallecido este año. El patinador Lucas Yáñez habló de su gesta en el campeonato del mundo, cuyo triunfo había dedicado a Mondoñedo. Desde el balcón episcopal el opispo hizo un saludo a todos los presentes. La conselleira de Medio Rural, María José Gómez, destacó que esta es Festa de Interese Turístico Galego y el presidente de la comisión, Miguel Souto, indicó que se trabajará por conseguir la declaración de Fiesta de Interés Turístico Nacional, especialmente a las puertas de la 870 edición, que será el año que viene. Las sanluqueiras sonreían simbolizando las nuevas generaciones que también se vieron a caballo. Son el futuro.
Primero entró el grupo de Tania Pérez con 50 caballos, después el de Javier Ares (uno de los integrantes del grupo resultó herido por la coz de un caballo al suyo, y fue trasladado en camilla hasta la ambulancia) con 150 y la pequeña Sofía ya simbolizando la cantera, y finalmente el de Xan das Blusas, con Luciano, Moisés e Iker, con 300 caballos. «Adiós caballos», dijo Cloe con su vocecilla cuando los últimos abandonaron la Plaza da Catedral relinchando y sus cascos sonando a la vez que se encendían las luces que potencian la belleza de la fachada de la seo, la catedral que se «arrodilló» ante los caballos.