Harto de pagar, vacaciones (casi) gratis

J.A.

A MARIÑA

Chema Moya

25 oct 2025 . Actualizado a las 22:13 h.

Me llama un amigo para tomar un café de desayuno. Cinco minutos, le digo, y quedó en el bar de costumbre en Ribadeo. Lo encuentro ojeando el periódico. Hablamos de lo de siempre. Y lo de siempre acaba algunas veces en lo cara que está la vida, así de masoquistas somos, aunque no nos quejamos de cómo nos va particularmente a nosotros, solo acaso del hartazgo de que nos bombardeen con lo bien que le va a España, así en general, a España, con lo que se entiende, por extensión, a los españoles, liderando las previsiones de crecimiento de PIB europeas. Si lo dice la estadística, ese ente etéreo y voluble, así será. Suena a otra tomadura del pelo más, porque, ¿dónde está el crecimiento? La clase media, cada vez menos media, está asfixiada. Los sueldos que hace dos décadas eran buenos han ido menguando por efecto de la inflación hasta convertirse en modestos y, finalmente, en malos, porque la subida salarial ha sido exigua. Pero si España crece como pocas, será porque la economía de unos pocos crece como nunca.

Y llegados a este punto siempre nos sale a cuenta el ejemplo (seguro que injusto por poner el acento en ellos) de los médicos que completan su trabajo en la red pública en consultas privadas, despachando al ritmo de 80, 100 ó 150 euros, a pacientes cada 20 minutos y cobrando en metálico. Y como ellos tantos profesionales liberales.¿A que conoce algún caso? O de las guardias del Sergas, cobrando más de 700 euros brutos por 24 horas, que no sé si será justo o no, porque la salud es lo primero, pero poco no parece.

Pero el tema no va de médicos, va de que mi amigo me dice que está harto de pagar y por eso ha entrado en una aplicación en la red donde ofrece gratis el ático de su casa a gente de otros lugares que viene de vacaciones, acumulando él puntos que le permiten después canjearlos por la estancia gratuita en otra vivienda de otro punto de España. Al poco de inscribirse, una familia de Pamplona le pidió el piso en Ribadeo para pasar la Semana Santa. Se lo está pensando. Sostiene que toca buscarse así la vida. Que se apure, aquí la Administración no rasca impuestos así que poco tardará en meterle mano.

¡Y ahora el butano! Me cuenta que han cambiado la bombona doméstica por otra más ligera. Resulta que, por lo visto, la bombona nueva trae incluso un poco menos de carga de gas que la anterior, pero es más fácil de transportar. La vieja cuesta poco más de 16 euros, la nueva ya está por 21. Que sí, que es una tontería, que 5 euros en un sueldo no es nada. La cuestión (no el problema, porque parece irresoluble, no queda otra que encajarlo) es que el goteo es diluvio y que siempre vierte por el mismo lado. Pero de ahí a tragar que se meta sibilinamente a toda la sociedad en el mismo saco diciendo que España crece como nadie va un trecho. Vamos, aquello de que Mexan por nós e hai que dicir que chove. Pues no.