La arquitecta municipal de Barreiros: «En el Concello se hicieron cosas que sabíamos que no eran correctas»

André Siso Zapata
André S. Zapata LUGO / LA VOZ

BARREIROS

ALBERTO LÓPEZ

Un promotor explicó que se cometían irregularidades en los informes y aseguró que la secretaria recibía pagos a cambio de registros favorables

30 mar 2021 . Actualizado a las 19:24 h.

Este martes, la Audiencia Provincial de Lugo acogió la segunda vista del juicio de presunta corrupción en el Concello de Barreiros entre los años 2007 y 2009, por el que se piden penas de cárcel para una funcionaria, acusada de falsedad documental, y para una secretaria y un promotor inmobiliario, acusados de cohecho. En ella, los protagonistas fueron los testigos, que declararon sobre dos temas principales, la compraventa del piso por parte de la secretaria del Concello durante el momento de los hechos a través del constructor presuntamente beneficiado por los informes favorables que ella firmaba y los proyectos que se firmaban y modificaban sin el beneplácito de la junta de gobierno municipal.

El primero de los testimonios fue el del hombre que le compró el piso a la secretaria por casi la mitad de su valor dos años después de haberlo adquirido. Declaró que, para él, el precio que había pagado era «el normal», por lo que no dudó en hacer el pago, de unos 180.000 euros, para obtenerlo. Tras él, pasó por la sala una extrabajadora del Concello, que explicó las funciones de la acusada por falsedad documental. Transcribía los plenos y las reuniones, según su testimonio.

La secretaria actual del Concello, la segunda en testificar, explicó que «jamás» se reúne con los promotores inmobiliarios, algo que sí hacía su homóloga, ahora sentada en el banquillo por un presunto delito de cohecho. En los documentos que entregó en su día al juzgado, explicó que se podía apreciar el informe de licitación original y, unas páginas más adelante, el informe modificado por una de las acusadas.

Uno de los momentos más tensos se vivió cuando el abogado que representa al municipio como perjudicado interrogó al empresario que pidió la licitación de la obra justo antes del cambio de normativa de la Xunta en noviembre del 2006. Según la acusación, simularon un contrato anterior propuesto por otra persona para poder acogerse a la fórmula del silencio administrativo para obtener la licitación de una obra en Barreiros. El empresario, cuando fue preguntado, dijo «no recordar» qué había cambiado para cambiar la fórmula de adjudicación directa a la del silencio administrativo.

Dos testimonios clave

Tras él, pasó por la sala de forma telemática un ingeniero que había colaborado con el Concello en aquella época, tanto para obras breves como para contratos por adjudicación, ya que tenía varias empresas de construcción. En su declaración, eximió de culpa al, en aquel momento, alcalde de Barreiros, Alfonso Fuente Parga, llegando a decir que «Don Alfonso allí era un jarrón». En su declaración, señaló directamente a la exsecretaria del Concello, explicando que «hacía que apareciera la concesión de las licencias en las actas de las juntas de gobierno cuando ni se había hablado de ellas allí». Confirmó también que conocía los métodos de licitación de las obras públicas: «Sé como se concedían las licencias en toda España y como se concedían en Barreiros, y no tiene nada que ver una cosa con la otra», sentenció en un momento dado. Además, expresó que le constaba que otro promotor le había llegado a alrededor de 50.000 euros a cambio de un informe favorable que revocase una negativa con respecto a una licitación urbanística.

Justo antes, se había producido el juicio más clarificador de toda la sesión, que giró entorno a la misma línea argumental. La arquitecta municipal del Concello de Barreiros durante aquellos años, explicó que «advirtió» al por aquel entonces alcalde de que una de las obras que habían concedido «no estaba amparada por ninguna licencia» y que «se estaba construyendo de una forma ajena a la ley». En su declaración, fue muy contundente contra la corporación, entre otras cosas expresando su malestar con respecto a las licitaciones que se tramitaban: «No fueron pocas las veces que aparecieron en mi mesa proyectos para conceder que yo no había visto en mi vida». Incluso, según dijo, llegó a «registrar» su trabajo diario para evitar malentendidos. Finalmente, quiso dejar claro que «allí todos sabíamos que en el Concello se estaban haciendo cosas que no eran correctas en lo que respecta a las licitaciones».

Este miércoles se celebrará la tercera y última vista del juicio, en la que se presentarán los informes periciales y quedará visto para sentencia un juicio que ha tenido a la localidad lucense en vilo desde hace casi 15 años.