Pendientes del Nuevo San Juan

La semana empezó en Santiago con una reunión con el nuevo conselleiro de Mar, Alfonso Villares. Además de conocer a los presidentes, estuvimos charlando durante algo más de cuatro horas sobre retos de futuro y necesidades del presente, una reunión muy provechosa. Hay que acostumbrarse porque a la entrada de la Xunta, en seguridad, dije que iba a ver a la conselleira de mar y el vigilante me negó con la cabeza... Lógico, porque es conselleiro, pero tantos años con Rosa, hace que uno siga pensando que está.

A lo largo de esta semana estuvimos con el rabillo del ojo con el Nuevo San Juan, el barco de Burela que ardió el domingo pasado mientras faenaba en Gran Sol. Gracias a Dios, la tripulación está toda bien y ya en casa. 

El martes, en la Cofradía de Burela y, por la tarde, camino a Santander. Todos los principios de julio, el CES (Consejo Económico y Social) de España hace un curso de verano en la UIMP (Universidad Internacional Menendez Pelayo). En este curso se presenta la memoria del CES del año anterior, del 2022; en este caso, además de traer a magníficos ponentes de los que te abren la mente, este año pudimos disfrutar de la magnifica ponencia del exministro Almunia, el exministro Iñigo Méndez de Vigo y del actual secretario de Estado de Trabajo, Javier Pérez.

Tres días de conferencias y tres días de paseo hacia y desde el Palacio de la Magdalena hasta el hotel, que estaba a la altura de la mitad de la playa del Sardinero. El viernes a mediodía se acabó el curso de verano y vuelta a casa. Tres horitas y llegué a tiempo para comer en el Cantiño, que, aunque iba a llegar algo tarde, había decidido poder disfrutar de unas horas en este pequeño paraíso y no comer por el camino.

El sábado tocó madrugar para coger avión a Madrid desde Asturias a Madrid y enlazar a Alicante. Me esperaba allí mi buen amigo Paco, patrón mayor de la Cofradía de Calpe. Rubén, otro buen amigo, estaba guardando el coche para llevarnos a Calpe y allí nos fuimos los tres. El motivo de la visita es que se bendecía una anda (una plataforma) nueva para la Virgen del Carmen. Magnifica el anda, con mucha mano de obra de tallado y con un pequeño barquito en el que se colocará la imagen de nuestra señora la Virgen del Carmen cuando se saque en procesión la semana que viene.

Después de la misa y bendición a las ocho de la tarde, nos fuimos a la cena de los marineros. En ella tuve ocasión de volver a hablar con mucha gente de Calpe que había conocido en mi anterior visita a esta cofradía. El peñón de Ifach siempre majestuoso guarda el puerto de los vientos del norte. Es bonito Calpe.

Tuve también la oportunidad de saludar y felicitar a Ana, la alcaldesa recién elegida, aunque con muchas zancadillas. La gente de Calpe es sabia. Ana es una magnífica alcaldesa. También he tenido la oportunidad de conocer a la concejala de Pesca, aunque cuando le dije a la mandataria que en Burela teníamos concejal de mar, no de pesca, le gustó el nombre y dijo que le cambiaría el nombre a la concejalía. A la edil le gustó el cambio, incluso bromeó con el nombre al alargarlo proponiendo que fuera concejalía de mar y ola, pues ella se llama precisamente Mariola. Un ambiente muy distendido en la cena.

Ya el domingo fuimos a misa en la iglesia de la Merced, pues así se lo habíamos prometido el sábado al párroco don José. Una iglesia bonita, que aparenta una barraca Valencia y muy distinta por dentro. Luego el café con unos cuantos feligreses pues es típico en esta misa de nueve de la mañana hacer el café. Después, rumbo al tren para llegar a Madrid.

Tengo que agradecer a Paco la hospitalidad de estos dos días. Todo han sido todo faciliadades, hasta me dio hospedaje en su casa.

¡Qué calor hace en Madrid! Aquí estaré hasta el martes con reuniones, pero eso os lo contaré la semana que viene en el diario 25

Me despido como siempre recordándoos que comais mucho pescado para ser muy muy felices.

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