Incertidumbre en las auxiliares de Alcoa, con el fin de los contratos el 31 de diciembre y sin blindaje para los empleos
CERVO
Las garantías de facturación expiran este año y con Alcoa amagando con vender o cerrar, no hay red para los trabajadores de las contratistas
11 oct 2024 . Actualizado a las 14:42 h.Cuando hay una crisis en Alcoa, las primeras en notarlo suelen ser las empresas auxiliares. Ocurrió en abril del 2020, cuando la multinacional decidió renunciar al rebrascaje de las cubas, el mantenimiento que permitía alargar su vida útil. Entonces se aplicaron Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (Erte) en Reymogasa y Cyrgasa. Un mes después, la compañía radicada en Pittsburgh presentó un despido colectivo en la planta de aluminio que hubiera supuesto 524 despidos y que anuló el Tribunal Supremo. Han pasado cuatro años y la incertidumbre planea de nuevo sobre la industria auxiliar de San Cibrao. En un contexto en el que Alcoa amaga con vender el complejo industrial y anticipa «decisiones difíciles», el 31 de diciembre concluirán las garantías de facturación para las contratistas que fueron incluidas en el acuerdo de viabilidad por el que se apagó la electrolisis a cambio de mantener los empleos, realizar mejoras en las instalaciones y arrancar de nuevo las series al 100 %. Con la espada de Damocles del final de año a la vuelta de la esquina, por «falta de traballo», señala la CIG, seis operarios serán despedidos en Edyproga.
Sin la cobertura legal de los trabajadores de la planta de aluminio —de no hacerse el nuevo horno de cocción de ánodos, el blindaje sobre sus puestos de trabajo se extendería, siempre según el acuerdo de viabilidad, hasta el 31 de diciembre del 2027—, los operarios del conglomerado de auxiliares de Alcoa viven una común situación de inquietud.
El pacto asegura hasta final de año los contratos entre la industria auxiliar y Alcoa, pero no se sabe qué pasará más allá de ese hito, y tampoco antes, puesto que el acuerdo no blinda los empleos: la multinacional no se responsabiliza de la gestión de personal que hacen sus contratistas. Por ello, los trabajadores de estas empresas —la CIG cifra en más de 900 los empleos del conjunto de estas firmas— se sienten doblemente desprotegidos.
«Estamos na situación que sabiamos que iamos vivir a estas alturas, xa cando se asinou o acordo», indican fuentes sindicales de la CIG en Cotelsa, empresa con unos 40 trabajadores que se dedica a tareas de mantenimiento e instalaciones eléctricas tanto en la planta de aluminio como en la refinería de alúmina. «Hai unha incerteza grande porque son os últimos meses e non sabemos se nos renovarán. Non temos motivo por agora para rasgarnos as vestiduras pero tampouco nada claro, é a calma chicha previa a unha posible tempestade», exponen.
Además, destacan que la paralización del horno de cocción de ánodos añade más dudas a la ecuación, puesto que su construcción supondría trabajo estable para cientos de personas. «Que se renoven os contratos de mantemento está ben, posto que en moitos deles hai un determinado persoal ligado a eles. Pero hai outro trinta ou corenta por cento de traballadores das auxiliares que depende doutras obras, dos investimentos que Alcoa comprometeu e non sabemos se se van facer», argumentan.
Rodabell S. A., con otros alrededor de 40 trabajadores, es una de las empresas de un conglomerado industrial con tres patas —Mecanizados Rodabell y Montajes Rodabell—. Las tres firmas tienen contratos con Alcoa. Adrián Liñeiro, delegado sindical de la UGT, coincide en que «fora mellor que no acordo non se comprometera a facturación senón o mantemento dos postos de traballo. Non serve de moito que se merquen pezas se despois non se manteñen os empregos», indica. Rodabell realiza «case todos os mantementos» en la fábrica aluminio y también trabajó en las barras de compensación de campo magnético, una de las reformas ejecutadas en la planta. Sobre el futuro cercano, tras el 31 de diciembre, poco se sabe. «Non está nas nosas mans», lamenta el sindicalista.
Convertida junto a Cyrgasa en la principal auxiliar de Alcoa, Dominion I & I ha ganado terreno en los últimos años con la absorción de los contratos firmas como Pasek, parte de Reymogasa o, más recientemente, Terpil, que se dedicaba al transporte y a los trabajos en la balsa de lodos de alúmina. El presidente del comité, Iván Gayol (CC.OO.), calcula que trabajan en la firma «uns 120 traballadores». En este caso, a la situación por el fin de la garantía de facturación se suma el proceso interno dentro de la compañía vasca. El pasado día 1, El Economista informaba de un principio de acuerdo entre la firma y Serveo para la compra de todos los servicios industriales, con miles de empleados. «Dinnos que hai unha estabilidade e confiamos que se nos vai asegurar o traballo. Agora mesmo estanse cubrindo baixas de longa duración», explica el sindicalista.