El bar Baos, que repartió 5,5 millones: «Para a lotaría do Neno esgotamos todo ao día seguinte de tocar o premio do Nadal»

LOURENZÁ

Celebración en el bar Baos de Lourenzá
Celebración en el bar Baos de Lourenzá PEPA LOSADA

El establecimiento de Lourenzá agotó en horas los décimos del 37.808, que juega desde hace 33 años en los dos sorteos

31 dic 2023 . Actualizado a las 12:15 h.

Hace poco más de una semana que en el bar Baos de Lourenzá era todo alegría. En este restaurante y alojamiento se despacharon 900 décimos del número 37.038, quinto premio con 6.120 euros por billete en el sorteo especial de la Lotería Nacional para Navidad. Tras repartir, finalmente, algo más de 5,5 millones de euros, el negocio laurentino cerró como de costumbre para disfrutar de un descanso durante las fiestas navideñas. Pero por si acaso, y por si la suerte vuelve a llamar a la puerta, la clientela se aprovisionó en cuestión de horas para El Niño. «Xogamos o mesmo número e ao día seguinte do sorteo xa tiñamos todo vendido», cuenta el dueño, Ángel Rodríguez.

Aunque las probabilidades de comprar un décimo con premio son idénticas independientemente de la administración, los compradores de lotería tienden a pensar que la suerte llama a la suerte.

Así, los puntos de venta que han repartido cantidades importantes tienen las ventas casi aseguradas de cara a la próxima cita, y en el Baos el 37.038, al que el establecimiento juega desde hace 33 años, se esfumó pronto. «A xente quedou moi contenta, moi animada, e iso notouse no ambiente e tamén á hora de vender lotaría. Cando toca algo no sorteo do ‘Gordo’ iso nótase despois na clientela, iso queda moi claro», indica Rodríguez.

En el caso del Baos, al tener una clientela diversa, la suerte sonrió a muchas familias, lo que la gerencia del establecimiento agradece. «Mercou moita xente de Lourenzá, pero tamén outra de paso. Houbo camioneiros de Asturias que tiveron algún décimo premiado, tamén traballadores que viñeron facer obras por aquí...», enumera Rodríguez. Algún billete premiado fue comprado por ex empleados de Muebles Hermida, que fue durante décadas sostén del empleo en Lourenzá y que entró en liquidación en el año de la pandemia.

Más de 900 décimos de ese número premiado fueron vendidos en la administración de Riotorto, donde se acabaron los décimos habituales para El Niño y hubo reiteradas colas.