En venta en Vegadeo el edificio con el legendario bar que sirvió el mayor «gin-tonic» del mundo

José Francisco Alonso Quelle
j. alonso VEGADEO / LA VOZ

RIBADEO

D. GAYOSO

La Flor, que cerró tras casi medio siglo de actividad, fue fundada por el hostelero ribadense Antonio Cattone

26 oct 2023 . Actualizado a las 22:02 h.

El edificio con el bajo que albergaba el popular establecimiento hostelero La Flor, en la plaza del ayuntamiento de Vegadeo, se encuentra en venta. En anuncios de inmobiliarias figura un precio de 250.000 euros, si bien en alguno de ellos se indica que la cantidad es «algo negociable». Se trata de un inmueble con planta baja, tres pisos y desván, con 64 metros cuadrados por planta, siete habitaciones y cuatro años. Se indica que, dada la pujanza de los pisos de usos turísticos, podría ser ideal para un negocio de este tipo. Y se añade que hay posibilidad de alquiler con opción a compra con entrega inicial.

Más allá de la oportunidad o no inmobiliaria que se considere, lo cierto es que el bajo albergó uno de los negocios de hostelería más populares de Vegadeo, con casi medio siglo de historia, en pleno centro del pueblo, con episodios destacados como, en el 2018, la participación con la destilería cántabra Siderit en la elaboración del que en este momento fue el gin-tonic más grande del mundo, de 700 litros, para que Vegadeo ingresara en el libro Guinness de los récords. Para que fuese reconocido era preciso que se consumiese. En la terraza de La Flor se sirvieron cerca de 3.000 combinados, elaborados con 180 litros de ginebra, 520 de tónica y cien kilos de hielo. Se superó así el gin-tonic que meses antes habían elaborado en el Valle de Napa, en el estado americano de California, de 500 litros. Pero la marca veigueña duró poco, ya que en noviembre de ese año, 2018, Estados Unidos recuperaba el cetro, con un gin-tonic de 946 litros preparado en Nevada (Las Vegas). Es el que figura en la actualidad en el libro Guinness.

J.A.

El bar La Flor lo fundó un hostelero ribadense, Antonio Cattone, que se casó con una vecina de Presno (Castropol) y se trasladó a Vegadeo a vivir. En Ribadeo tenía otros negocios, con nombre italiano, como el Bar Roma. Traspasó La Flor dos vecinos, César y Conchita Álvarez Arruñada. Esta última, en su trabajo en La Flor durante 40 años se hizo muy popular por sus sabrosas tortillas, convirtiendo el bar en un referente. Del secreto del plato, comentaba en una entrevista en La Voz: «Todo el mundo me lo pregunta, pero la receta es simple, huevo, patata y mucho cariño». Y añadía: «Ha habido días en los que hice muchísimas. Recuerdo, por ejemplo, una ruta cicloturística que hubo en Vegadeo, una vuelta a la ría. Eran muchos participantes y solo daban de comida tortilla de La Flor y empanada. Hice 42 tortillas. Para la feria de muestras también preparaba cantidad, 50, 60, o más. Así era, me pasaba la noche pelando patatas».

Conchita Álvarez pasó el trago de la pandemia y se jubiló a principios del 2021. Su hija tomó el relevo en La Flor, al frente de la cual estuvo unos meses.