Tras 8 años de investigación, Oriol Jové descubre en un libro al exfutbolista y agente nazi durante la Segunda Guerra Mundial Juan Gómez de Lecube
24 nov 2024 . Actualizado a las 10:12 h.El fútbol y su historia, especialmente la del Lleida, el equipo de su ciudad, apasionan a Oriol Jové desde mucho antes de comenzar a ganarse un sueldo como periodista en RAC1. «Con 13 años escribía en una revista sobre deporte leridano y con 15 empecé un documental sobre la historia del Lleida», rememora. En esas andaba cuando, recién salido de la selectividad, se encontró una historia fascinante que ocho años después, a los 26, comparte con el mundo en el libro Lecube: el futbolista de Hitler.
En una pesquisa en internet sobre Juan Gómez de Lecube (Ribadeo, 1902), entrenador del Lleida en la campaña 1951-52, llegó a la web de los Archivos Nacionales del Reino Unido. «Encontré un archivo con su nombre. Descargarlo costaba tres o cuatro libras. Resultó que el MI5 decía que fue un peligroso espía de la Alemania nazi que capturaron y encarcelaron en varios campos de concentración durante la Segunda Guerra Mundial. Su historia me enfrascó y empecé a tirar del hilo», detalla Jové, que entre el 2018 y el 2019 publicó una serie de artículos sobre el personaje en Ara, El Mundo, la revista Sapiens y el Segre de Lleida.
El joven periodista catalán realizó viajes al Reino Unido y fue encontrando fuentes para narrar una historia «increíble». «Al principio fue difícil. No debe ser muy cómodo que un chaval de 18 años venga a decirte que un familiar tuyo fue espía de la Alemania nazi, pero poco a poco fui reconstruyendo su vida», cuenta sobre quien era primo carnal del lendakari José Antonio Aguirre y fue captado por Adolf Hitler tras su papel como centurión de la Falange en Canarias durante la Guerra Civil.
«Es difícil saber si su ideología comulgaba con los nazis. La gente entonces era pragmática. A él le encargaron ir al Canal de Panamá cuando Estados Unidos entró en la guerra y quería ir de todas formas para ver a un hermano que se fue muy joven de casa y se hizo contrabandista allí. Pero el servicio de contraespionaje funcionó y lo capturaron en la parada obligatoria para el barco español, al ser neutral, en la colonia británica de Isla Trinidad», relata sobre quien también fue un brillante extremo derecho de la Gimnástica Torrelavega, el Celta y el Atlético de Madrid.
«Ya de entrenador, cuando iba a Galicia, concentraba a sus equipos en Ribadeo»
«En los años 20 son más conocidos Zamora, Samitier, Pichichi... Pero fue un extremo derecho muy importante y lo habría sido más de no apartarse del fútbol pronto para dedicarse a negocios más lucrativos. Debutó en el 22 con la Gimnástica de Torrelavega, en el 27 volvió a Galicia para jugar en el Celta y, tras una gira por Sudamérica, el Atlético de Madrid lo fichó», detalla sobre Lecube, que dejó su huella en la primera Liga, en el 1928-29. «Dio la primera asistencia de la historia. El primer gol fue de Prat para el Espanyol, pero llegó tras un rechace. Él asistió a Palacios ante el Arenas de Getxo», apunta.
«Era considerado el futbolista más veloz de la época. Corría el campo en 10 u 11 segundos y lo apodaban Motocicleta Humana», añade de un ribadense que dejó pronto un fútbol menos profesionalizado, aunque luego jugó en el Gimnástico Valencia y llegó a probar por el Barcelona. Tras aprobar la oposición de funcionario de Hacienda lo destinaron a Tarragona y, tras la Guerra Civil, a Barcelona. Repatriado por el gobierno franquista tras la Segunda Guerra Mundial, entrenó a varios clubes catalanes en los 50.
«Cuando iba a jugar a Galicia en aquella Segunda División, concentraba a sus equipos en Ribadeo», relata Oriol Jové sobre un hombre que vivió sus dos primeros años en la villa mariñana. «Su padre es madrileño con ascendencia en Zamora y Salamanca y su madre guipuzcoana. Se casaron en Bilbao, pero vivieron en Ribadeo de 1900 a 1904 porque a él le salió trabajo en el yacimiento de hierro», explica.
Lecube, dice, fue, además de un genial futbolista y un «peligroso» espía, un «complicado» prisionero que nunca confesó sus vínculos con la Alemania nazi a pesar de las torturas. Una historia de película que el periodista leridano plasma al detalle en Lecube: el futbolista de Hitler.