El efecto llamada de unos poblados que están tirando los precios para atraer a pequeños distribuidores de toda España
RIBADEO
La gran cantidad de sustancias y la presión policial está provocando que en los poblados casi se salden las drogas o al menos se hagan ofertas personalizadas. Por una inversión de unos pocos miles de euros, los compradores se llevan varios paquetes (con un tamaño discreto y fáciles de camuflar) que se pueden convertir en miles de dosis. Un negocio redondo al que se arriesgan cada vez más personas. Hasta hace poco abundaban los denominados correos de la droga, que cobran entre 500 y mil euros por cada viaje de transporte de drogas. Todo parece indicar que cada vez son más los que compra para revender ellos, porque los beneficios son muchísimo más altos.
Algunos son adictos que tratan así de autofinanciar su dependencia, aunque también se ha detenido a gente que se arriesga sin más por el dinero fácil. Así sucedió con un taxista que no pudo resistirse a una carrera tan provechosa. Hasta ahora los numerosos controles policiales lograban que restar alas para esta aventura delictiva, porque los arrestados se enfrentan a penas de cárcel importantes y a multas que pueden duplicar el valor de las sustancias que les encuentren. Sin embargo, en los dos últimos casos de operaciones antidrogas los juzgados de guardia de Ferrol han optado por dejar libres a los detenidos, aunque imputados por un delito de tráfico de drogas que llegará a juicio. Y estas decisiones pueden reforzar todavía más el efecto llamada, según temen los investigadores.
La ruta de A Mariña
Los dos detenidos este miércoles realizaban una ruta que ya se ha convertido en un clásico para los correos y camellos lucenses: se surten en Ferrol y corren por la autovía para cortar la droga en miles de dosis y revenderla en una zona donde escasea y no hay competencia. En A Mariña, los principales puntos de venta están en Viveiro-Burela-Foz-Ribadeo. De hecho, en Viveiro se logró la recepción de un alijo de sustancias de las Rías Baixas, que se distribuía por toda la zona norte, incluida Asturias.
Ribadeo es otro punto que se desactivó, ya que narcos importantes que habían alquilado una vivienda alejada en una parroquia ribadense. También por mar se anularon en los últimos años operaciones de cierta trascendencia. A 30 millas de la costa de Ribadeo los narcos hundieron un barco con al menos 4 toneladas de cocaína; fue reflotado después y trasladado al puerto de El Musel, en Gijón.