Canción de desamor de verano

J.A.

RIBADEO

j.a.

10 ago 2025 . Actualizado a las 11:14 h.

En el fragor y bullicio de este agosto que vuela aún podemos permitirnos encontrar lugares de paz donde gozar la satisfacción de volvernos efímeros, insignificantes. Hay ciertas horas del día, cuando el alba llega fresca cargada de promesas, en la primera penumbra del atardecer de otro día que se va, en las que la ría de Ribadeo se muestra especialmente bella y serena. La ría, mirar a la cara de la ría, es un regalo para los ojos y los sentidos.

Un lugar donde se alcanza ese privilegio es en el molino de As Aceas, un viejo ingenio hidráulico de cuando el mar se aprovechaba para mover ruedas de piedra que molían el maíz. El agua es un espejo donde rebota la luz, con Asturias al fondo.

Allí, en una de las losas de granito que enseñorean el final del paseo, alguien escribió su historia con una nítida destinataria, pero al alcance de todos, de ahí mi indiscreción. Me detuve a leerla, usted la puede leer. Cuenta que el 24 de marzo de 2022 una pareja se sentó mirándose enamorada. «Era mucho más que dos personas que se amaban: era paz, era tranquilidad, era ese sentimiento que sentía cada vez que te miraba». Tres años más tarde, continúa relatando, regresaba al lugar para lanzar de nuevo cantos rodados a la ría y contar los rebotes, como hacía con ella. Pero ese día estaba solo. Sin explicarse los porqués: «Decidiste tomar tu camino y yo no pude hacer nada para cambiarlo»; renovaba su fe y su canto de esperanza: «Te amé, te amo y te amaré», prometiendo seguir queriéndola y recordarla: «Por ti, Por mi. Lo siento Lu».

Leer y cómo no recordar aquellos primeros amores de verano, aquella inocencia cuando aún ignorábamos que empezábamos a andar un camino, el de la vida, que sería, es, una sucesión de renuncias y pérdidas.

Leer y entender que todos podemos intentar escribir los versos más tristes esta noche y que no hace falta ser Neruda para tocar el corazón.