Ocho pueblos gallegos en todo su esplendor en septiembre

RIBADEO

Cedida

Sin los agobios del verano y sin las incomodidades del invierno, septiembre es un mes ideal para disfrutar de algunos de los rincones más bellos de nuestra geografía. Los cambios de luz y de colores en el paisaje, la bonanza climatológica y los productos de la nueva temporada en la gastronomía hacen aún más placentera la visita

06 sep 2025 . Actualizado a las 17:31 h.

A un buen viajero, esos que de verdad se afanan en conocer el alma de los lugares, se le reconocía porque nunca viajaba en julio ni agosto. Septiembre era su mes favorito. Ese punto de tránsito y de conexión entre la luz y la oscuridad, el calor y el frío, el bullicio y la soledad. Y aun hoy, cuando los trasiegos turísticos han alcanzado una dimensión global, septiembre sigue siendo una opción extraordinaria para detenerse a descubrir esos rincones de nuestra geografía a los que en otros momentos del año, por lo que sea, no le prestamos tanta atención.

PEPA LOSADA

RIBADEO. Indiano y Cantábrico

Aunque ni de lejos sufre la presión de visitantes de otros municipios turísticos del sur de Galicia, Ribadeo se disfruta mejor cuando el verano se agota. Cierto es que hasta el 30 de septiembre es necesaria reserva previa para visitar la playa de As Catedrais, pero ya son muchos menos quienes se acercan al puerto de Rinlo, quienes recorren el sendero de su costa, quienes se acercan hasta O Cargadoiro o aquellos que se recrean en su casco histórico, repleto de monumentos y palacetes. 

BUEU Y CANGAS. Un balcón al Atlántico

En aquellas playas en las que hace unos días había poco menos que pelear para colocar la sombrilla, hoy dispones de todo el espacio que gustes. Y en el chiringuito en que había que hacer cola para comer, hoy apenas si precisas reserva. Los litorales de Bueu y Cangas, allí donde el Morrazo se asoma altivo al Atlántico, cuentan con espacios tan emblemáticos y privilegiados como la ría de Aldán, cabo Ubra, cabo Home, punta Couso o la costa da Vela. Cualquiera de ellos se convierte en septiembre en un paraíso que se presta para ser disfrutado a pie y con calma.

M. Ballesteros

SEOANE DO COUREL. Esplendor preotoñal

A punto estuvieron los incendios del pasado mes de agosto de asolar el paraíso natural de O Courel. Es por ello que ahora es más oportuno que nunca visitar este territorio y apoyar a las zonas que se vieron afectadas. La aldea de Seoane, ubicada en el concello de Folgoso do Courel, es un buen campamento base para conocer esta comarca. Representa su más genuina geografía y su más ancestral etnografía y de ella parten infinidad de rutas de senderismo que recorren la sierra. 

RIBADAVIA. Una historia entre viñedos

Finalizada la vendimia, la comarca de O Ribeiro se torna una postal. Los viñedos y el paisaje se tiñen de ocre y tonos rojizos, adquiriendo una belleza tan efímera como deslumbrante. Y frente a esa naturaleza cambiante se sitúa la inmutable majestuosidad de la piedra. La que conforma el imponente barrio judío de Ribadavia, su castillo, sus puentes sobre el Avia y las calles y plazas de su casco histórico, salpicadas aquí y allá de tascas y tabernas en las que poder disfrutar de sus vinos y de su excelsa gastronomía.

MANUEL MARRAS

REDES. Ese coqueto rincón

El encanto de las villas marineras se conserva en su esencia casi primitiva en este coqueto rincón de la ría de Ares. En su característica arquitectura conviven las humildes casas de pescadores, vertiginosamente asomadas al océano, con los palacetes indianos, como los que circundan la plaza do Pedregal, uno de los principales focos de interés de la localidad, junto con el puerto, las estrechas callejuelas o la playa de Area Morta, desde la que parte una ruta de senderismo que llega hasta Cabanas. Visitarlos en septiembre permite disfrutarlos en su más genuina esencia. 

MARTINA MISER

A ILLA DE AROUSA. Tal y como la imaginas

Llegadas estas fechas, A Illa vuelve, poco a poco, a ser lo que siempre ha sido: un pueblo marinero que no llega a los 5.000 habitantes enclavado en un entorno natural inigualable. Ya no hay colas a la salida ni a la entrada del puente y los arenales lucen esa estampa paradisíaca tan característica. O Bao se vacía de turistas y por O Carreirón o por Area de Secada solo pasean los habituales. Eso sí, su oferta gastronómica centrada en la cocina del mar se mantiene inalterable. 

Santi M. Amil

ALLARIZ. La joya del sur

Cierto es que visitar Allariz es un placer en cualquier momento del año. En verano se torna luminoso y bullicioso y en invierno sus empedradas calles mojadas desbordan encanto. En septiembre tiene un poco de todo. Hay días en los que la delicia es recorrer su paseo fluvial, acercarse hasta los molinos o incluso comer en ellos, y otros en los que el placer es serpentear por sus calles umbrías al amparo de los pórticos buscando refugio en las tabernas

SIMÓN BALVÍS

MUROS. Entre faros y soportales

A caballo entre las Rías Baixas y la Costa da Morte, sin la presión turística de aquellas ni las inclemencias meteorológicas de la otra, Muros se ha afianzado como destino recurrente. Atractivos no le faltan. Y septiembre es un mes extraordinario para descubrirlos. Aún se puede disfrutar de sus privilegiadas playas, como las de Louro, San Francisco o la urbana de O Castelo. De sus muchos enclaves naturales. Y de su arquitectura popular, en la que sobresalen los icónicos soportales que circundan buena parte del casco urbano.