Un capitán de Viveiro y un oficial de Burela dirigen el barco encargado de la búsqueda de Anna y Tomás Gimeno en aguas de Tenerife

Lucía Rey
Lucía Rey VIVEIRO / LA VOZ

VIVEIRO

Uno de los oceanográficos, el Ángeles Alvariño, navegando en aguas de A Mariña, en foto de archivo
Uno de los oceanográficos, el Ángeles Alvariño, navegando en aguas de A Mariña, en foto de archivo JOSÉ PINO

José Manuel Guerreiro Escourido y Xosé Antón Pernas Prieto están al frente del Ángeles Alvariño

14 jun 2021 . Actualizado a las 09:05 h.

Dos marinos mariñanos están al frente de los principales cargos del Ángeles Alvariño, el buque del Instituto Oceanográfico Español (IOE) que en las últimas jornadas está llevando a cabo el intenso trabajo de búsqueda de Anna y Olivia, las niñas desaparecidas en Tenerife el pasado 27 de abril, así como de su padre, Tomás Gimeno, y responsable de su desaparición. José Manuel Guerreiro Escourido, natural de Celeiro, en Viveiro, es el capitán, mientras que Xosé Antón Pernas Prieto, nativo de Burela, es el primer oficial de un barco que habitualmente realiza labores de investigación científica.

Una misión «que nada tiene que ver con la complicada y desconocida función ajena totalmente a la naturaleza para la que fue concebido» que desarrolla en este momento en aguas de Santa Cruz de Tenerife, como explica José Pino, capitán de pesca de Celeiro. El profesional destaca «el enorme orgullo» que representa para el sector en particular y para la vecinanza en general que «dos hombres de mar de A Mariña» se estén ocupando de dirigir una búsqueda que tiene en vilo a todo el país. Más desde que el pasado jueves el buque lograse localizar a mil metros de profundidad el cuerpo sin vida de la pequeña Olivia, de 6 años, en el interior de una bolsa de deporte lastrada por el ancla de la embarcación de recreo de su padre, responsable de la desaparición de las niñas.

Desde entonces, el Ángeles Alvariño ha continuado trabajando sin descanso con el objetivo de encontrar los restos de Anna. Solo una avería ha obligado a la tripulación a volver a tierra de forma momentánea. «Nos llena de orgullo que estén ahí», abunda Pino.

Guerreiro Escourido pertenece a una familia de gran tradición marinera, puesto que su padre fue armador del Nuevo Nemesia, cuya base estaba en Celeiro. Un barco de pesca que el propio Guerreiro Escourido patroneó, puesto que se curtió durante muchos años en los caladeros del Gran Sol antes de dar un giro a su vida laboral y orientar su carrera hacia el trabajo en organismos públicos como el Instituto Oceanográfico. «Fue muy buen patrón de pesca», explica José Pino, que cuenta que también estuvo de patrón del Farillón, de la casa de Santos Pérez, «con unos resultados fantásticos».

A finales del pasado mes de abril, el Ángeles Alvariño recaló en A Mariña durante unos días en los que se le pudo ver tanto en aguas de la ría de Viveiro como de Burela