«Llevo Viveiro en el corazón porque viví aquí dos años como refugiada durante la Guerra de Bosnia»

VIVEIRO

Zehra Obarcanin, traductora en Sarajevo, volvió de visita después de 28 años a la ciudad del Landro, donde vivió con su familia durante el conflicto bélico que destrozó su país en los años noventa
02 may 2025 . Actualizado a las 16:28 h.En las guerras nadie gana. Simbolizan el caos, la destrucción, las separaciones forzosas de seres queridos e incluso la muerte. Y por esa razón Zehra Obarcanin valora tanto la acogida que le brindó Viveiro hace ahora tres décadas cuando Bosnia, su país, fue escenario de una guerra que causó casi 100.000 víctimas entre civiles y militares, y 1,8 millones de desplazados. Zehra y su marido, Asim, junto con su hija Merma, que tenía tres años cuando estalló el conflicto (1992-1995), tuvieron la oportunidad de refugiarse en España, donde permanecieron cuatro años. Primero en el País Vasco, después en O Carballiño (Ourense) y finalmente en Viveiro, a donde acaba de regresar después de 28 años. «Cuando empezó la guerra, mi marido era jefe de policía en Sarajevo y yo profesora de bosnio en Primaria. En un primer momento fui a Macedonia, a casa de mis hermanos, pero el Gobierno español mandó aviones para traernos. La idea era estar seis meses en España, pero eso se prolongó y mi marido acabó viniendo también», destaca Zehra, que actualmente tiene 60 años.
Su dominio de los idiomas favoreció que durante la estancia en O Carballiño ayudase a otros refugiados bosnios (había más de cien) que tenían dificultades para entenderse al no hablar español. «Pero en Bosnia la situación iba a peor y decidieron repartirnos por pueblos y nos tocó Viveiro. Llegamos en la Semana Santa del 94 y estuvimos unos dos años», cuenta. La familia se estableció en un piso en la calle Nicolás Cora y ella empezó a trabajar en el Mega Claudio (actual Gadis), donde estuvo 21 meses. Su marido participó en brigadas de prevención de incendios.
«Envío un mensaje de esperanza a los refugiados de guerras como la de Ucrania. La guerra es algo muy trágico en la que nadie gana, pero siempre termina, y si conservas la vida y la mente, puedes volver a empezar. Todo se consigue, aunque seas mayor», Zehra Obarcanin, traductora bosnia que vivió refugiada en Viveiro entre 1995 y 1997
«Dentro de lo mal que lo pasamos, estuvimos bien porque hicimos muchos amigos y teníamos mucho apoyo de la gente. Llevo Viveiro en el corazón por eso. Se quedó en él como una casa más porque aquí nos sentimos acogidos, arropados, protegidos...», cuenta la mujer, que ha pasado unos días en la casa de José Manuel y María, dos amigos que conserva de aquella época.
A principios de 1997, esta familia bosnia regresó a Sarajevo. «Cuando acabó la guerra queríamos volver a nuestra tierra», relata. La vuelta supuso un reinicio, puesto que su hogar había sido destruido. «Tuvimos que empezar de cero. Mi marido dejó la policía, ahora tiene una empresa inmobiliaria. Y yo soy traductora en juzgados y en conferencias y congresos porque hablo italiano, inglés, español, macedonio y ruso», expone. Su hija es abogada. Casada y con tres hijas, tiene muchos deseos de volver a Viveiro. «Tenía 8 años cuando nos fuimos, pero se acuerda mucho. Las galerías de Viveiro, por ejemplo, se le quedaron en la cabeza», sonríe Zehra, que dirige en Sarajevo un torneo internacional de tenis juvenil: el Open RCT Barcelona-Sarajevo. «Entré como traductora y me quedé como directora», señala. Venir al Torneo Conde Godó de Barcelona le brindó la oportunidad de acercarse a Viveiro.
Por eso manda un mensaje de esperanza a refugiados de guerras actuales, como la de Ucrania. «La guerra siempre es trágica porque se pierden muchas vidas y cosas que significaban mucho, pero todo pasa, y con voluntad y empeño se consigue todo. La gente que viene a España y a Galicia tiene mucha suerte porque el entorno es cálido, bueno, con gente honesta», finaliza.