La mítica parrillada del monte San Roque de Viveiro se traspasa tras 39 años
VIVEIRO
«Gustaríame que seguise aberta», dice su dueña, Marina Timiraos, que se jubila
26 sep 2025 . Actualizado a las 13:18 h.Hace 39 años, el 24 de septiembre de 1986, Marina Timiraos González y Carlos Martínez Parapar abrieron las puertas de la Parrillada San Roque, en Viveiro. Hacía poco más de un mes que el matrimonio, que entonces dirigía un almacén de construcción en O Vicedo, había subido a comer con dos parejas de amigos y se había animado a coger el traspaso de un negocio que por entonces tenía siete mesas. «Os empezos foron fastidiados e ó principio atendíamos os dous negocios, pero a base de moito traballo e de que un amigo de Pontevedra que tiña unha parrillada ó lado nos explicou como facer, empezou a funcionar todo moi ben, e ata agora», resalta Marina, que con 67 años cumplidos (su marido tiene 70) ha decidido traspasar un negocio en el que bisabuelos, abuelos, padres, hijos, nietos y bisnietos, e innumerables pandillas de amigos han disfrutado durante décadas de momentos inolvidables sentados a la mesa.
El churrasco (de cerdo, ternera y pollo), el bacalao a la brasa, la parrillada de pescado, los chipirones y calamares o los pimientos de Padrón son algunas de las especialidades de un negocio que cuenta con un horno de ladrillo refractario único y dos comedores: cada uno para cien personas. «Todo o mundo nos apoia e nos pide que sigamos, pero chega un momento en que hai que deixalo porque é moi sacrificado e queremos disfrutar algo dos netos e descansar», reflexiona la apreciada hostelera.
«Grazas a deus, sempre tivemos bo persoal e Carlos e máis eu estivemos constantes sempre. Se non era un era o outro», Marina Timiraos, hostelera de Viveiro de 67 años
Marina tiene palabras de agradecimiento para una clientela que ha sido siempre «moi fiel», así como para Zalo, Toñita, Chente y María, que los apoyaron «moitísimo» desde el principio («cando a xente nos dicía que estabamos tolos», sonríe). También para dos de sus empleados «insignia»: Devesa (Antonio) y Maca. «Levan a tira de tempo con nós», sonríe. Y finalmente para Manuel Soto (ya fallecido) y Carlos Méndez, anterior y actual presidente de la Comunidad de Montes de San Roque. «Estiveron sempre aí para todo o que necesitabamos», dice.
Su sueño es que la parrillada continúe abierta. «Quen a queira pillar só ten que ter ganas de traballar. Se queren, nós ímoslles ensinar todo o que sabemos», invita Marina.
Solo en la semana de San Roque asaron al día alrededor de 300 kilos de churrasco y bacalao
El verano que acaba también ha sido «una locura» para la parrillada situada en la cima del monte San Roque, en Viveiro, por la multitud de gente que llegó a la comarca. Según Marina Timiraos González, que es natural de Covas, la semana de San Roque, que tiene lugar en torno a la festividad del 16 de agosto, el negocio estuvo desbordado casi a diario, asando al día entre 250 y 300 kilos de churrasco y bacalao. Julio y agosto son, con diferencia, las épocas del año con más trabajo.
La afluencia de clientela también es altísima en Semana Santa. «No inverno lévase ben porque só abrimos as fins de semana e os festivos, e no Nadal pechamos en Fin de Ano», comenta una mujer que, junto con su marido, ha dirigido con mucho trabajo (en verano, por ejemplo, desde las nueve de la mañana hasta el cierre), pero también con mucho mimo y gusto la parrillada todo este tiempo. «Imos botar de menos os amigos clásicos, de toda a vida, que viñan comer o sábado e estaban aquí con nós ata a noite, cando pechabamos. Iso ímolo botar moito en falta porque temos pasado moitas tardes moi boas, de moita juerga e cachondeo. Non vai ser todo traballo!», sonríe la hostelera, que está al frente de un local plagado de referencias míticas, como el zorro con un puro disecado o una rana de piedra en el exterior. «Hai pouco veu un home que levaba sen vir 18 anos e que se emocionou. Díxonos: ‘Está todo exactamente igual que cando estaba’», concluye.