Los representantes de los trabajadores del Gran Hotel de A Toxa se quedaron ayer mucho más tranquilos respecto a su futuro laboral tras reunirse, por la tarde, con los representantes del Banco Pastor. Desde la entidad bancaria le transmitieron al comité de empresa lo que habían anunciado el día anterior a través de los medios de comunicación, tras conocerse la decisión de Hesperia de renunciar a la gestión de este establecimiento de cinco estrellas.
El banco, propietario del hotel, asume directamente la gestión sin que ello suponga detrimento alguno para la plantilla. Así pues, los 120 trabajadores fijos y eventuales que resultan afectados por esta operación no notarán cambio alguno en sus nóminas, derechos laborales y condiciones de trabajo.
El 1 de mayo, nueva etapa
A partir del 30 de abril, fecha en la que la cadena catalana abandonará definitivamente el Gran Hotel, sus contratos quedarán subrogados a la sociedad La Toja S. A., de la es accionista mayoritaria el Pastor. Así se lo comunicaron desde el banco al comité de empresa de modo que su presidente, José Manuel Núñez, no pudo más que hacer una valoración positiva tras el encuentro celebrado en Santiago.
El comité agradeció el hecho de que se les convocara con tanta rapidez y que mejorase el grado de información a la plantilla con respecto a hace cinco años. Entonces, cuando el Pastor arrendó las instalaciones a Hesperia, los trabajadores casi fueron los últimos en enterarse de la operación.
Así las cosas, el comité ya solo tiene pendiente una reunión con la dirección de Hesperia para acabar de concretar los aspectos técnicos que afectan a la subrogación de los contratos para afrontar el cambio que se producirá el 1 de mayo.
A partir de esa fecha, Hesperia se aparta del Gran Hotel pero seguirá teniendo presencia en A Toxa dado que seguirá gestionando el hotel balneario Isla de la Toja. El Pastor, por su parte, vuelve a verse al frente del buque insignia de la hostelería gallega, aunque está por ver por cuanto tiempo.
En sus planes figura la posibilidad de volver a arrendar estas instalaciones si bien, de momento, parece pronto para que se haya producido alguna negociación en este ámbito.
Otra incógnita a despejar es si los propietarios mantendrán cerradas las 72 habitaciones y la zona de tratamientos del balneario que clausuró Hesperia alegando motivos de seguridad: se llegó a caer el falso techo de una de las habitaciones.
El banco ha enviado a sus propios peritos para evaluar el alcance de los daños estructurales que, según Hesperia, afectan al inmueble y según este informe se tomarán decisiones respecto a las obras que procede ejecutar y plazos de apertura de las estancias cerradas.