Sorpresa, sorpresa. En su primera actividad tras su constitución, el ateneo Mar de Arousa firmó un rotundo éxito. El café teatro científico sumó curiosidades y neuronas en La Marina, demostrando que, pese a los tópicos, pensar jamás pasa de moda.
-¿Cómo es que han cambiado la denominación de café filosófico?
-No ha cambiado, es que son actividades diferentes. Lo que sucede es que hablar de cafés puede haberlo confundido, pero el café filosófico va a continuar. A medio plazo vamos a resucitarlo y a hacer cosas de distinto pelaje. Un abanico de actividades lo más amplio que seamos capaces de llevar a cabo. Debates, música...
-Parecían haber caído ustedes en una tremenda deriva positiva.
-No hay deriva alguna de tales características. Desde luego que el ámbito de la ciencia nos parece muy interesante, al igual que la poesía, el teatro y lo que se tercie.
-Este primer café científico fue un éxito. ¿Habrá más en La Marina?
-Haremos uno el día 16, que tiene que ver con la física y la cosmología, y otro el día 29, relacionado con las matemáticas y el cerebro. La verdad es que es de recibo citar a los dos padres de los cafés científicos, Xurxo Mariño y Castro Rivadulla, neurocientíficos y miembros del Neurocom, de la Universidad de A Coruña. También a Chaves, que nos ha hecho un logo fantástico en un tiempo en el que casi nadie regala casi nada. Le honra.