Lo han venido haciendo desde que terminó la primera edición del torneo, allá por 1996, pero el cambio que experimentará este año la Vilagarcía Basket Cup es, probablemente, el mayor que ha sufrido nunca. Porque el torneo se reinventa. Da un paso atrás para tomar aliento y poder proseguir el camino con más seguridad. La crisis obliga a cambiar el formato de la competición que, por primera vez en muchos años, prescinde de los grandes clubes de la ACB o de la participación de selecciones nacionales.
La decisión fue anunciada ayer en rueda de prensa y se tomó el pasado viernes. Hasta entonces todavía se manejaban tres opciones más de la que finalmente se eligió. Las otras fórmulas posibles eran un campeonato sub-17 de selecciones nacionales, otro de equipos sub-16 o bien ser sede de un torneo de Euroliga, que este año se celebrarán en Kaunas, Belgrado, Roma, Barcelona y Estambul. Cualquiera de las tres posibilidades era inviable a día de hoy por las circunstancias económicas. «Hace tres años sí que hubiéramos podido asumir el torneo de la Euroliga», apunta Alberto Blanco.
Así las cosas, el comité organizador ha decidido optar por la vía de la prudencia. Esto no significa que Vilagarcía se vaya a quedar sin baloncesto en Semana Santa. Todo lo contrario. Habrá más baloncesto que nunca en un evento que regresa al pabellón de Fexdega. Allí se instalarán diez canchas para poder acoger la ingente cantidad de partidos que se disputarán entre el 5 y el 7 de abril. No habrá ninguna cancha principal, al estilo del Vilagarcía Arena, pero sí se mantendrá la zona lúdica. Un espacio destinado al entretenimiento de todos los que se quieran acercar al recinto de A Maroma para ver los partidos y de los propios protagonistas de la competición. La entrada será gratuita.
«Nos hemos tenido que adaptar a la realidad económica porque lo que no queremos es morirnos», explicó Alberto Blanco en su comparecencia ante los medios. La organización apunta que, a pesar de perder algunos de los grandes nombres que arrastraban al torneo a personas de fuera del entorno baloncestístico, el campeonato mantiene su esencia. «Y no hay ningún torneo en España o en Europa que reúna a tres mil jugadores en tres días», aseguró Blanco.