
El Concello también quiere poner en valor este espacio, que está lleno de fábricas y depuradoras
01 may 2018 . Actualizado a las 05:00 h.Dar la vuelta andando a la península meca sin perder de vista el mar en ningún momento es posible. Y permite, al mismo tiempo, comprobar la variedad de paisajes que existen en esta localidad. El salvaje entorno de Con Negro, donde mar y piedras son los protagonistas, contrasta radicalmente con el deteriorado espacio entre Rons y Virxe das Mareas. Es esta una zona casi industrial, en la que fábricas y depuradoras se acercan peligrosamente al litoral. El Concello ha puesto en marcha un pequeño proyecto para ir recuperando parte de este entorno. Pero todavía queda mucho por hacer. Y la imagen que ofrecen las factorías no es que ayude demasiado a poner en valor un espacio en el que, en otros tiempos, hubo un humedal muy rico en fauna y flora.
Empieza nuestro paseo en la zona de Rons, en las inmediaciones del club de remo Mecos. Allí Costas y el Concello han colaborado para poner en valor el entorno. Y el resultado salta a la vista. Pequeños jardines, barandillas nuevas y unos bancos convierten este lugar, que tiene también playa, en una zona ideal para disfrutar del mar y las vistas. Pero a medida que tomamos dirección hacia Virxe das Mareas, la situación cambia radicalmente. La senda para los peatones es completamente irregular. Hay tramos de hormigón, otros de tierra y algunos más solo de arena. Porque el paseo se adentra, en varias ocasiones, en las pequeñas calas que adornan este entorno. Buena parte de ellas están llenas de piedras, y en la mayoría la lámina de arena es bastante escasa. Quizás por eso no se han cuidado a lo largo del tiempo, sino que se ha aprovechado para instalar en sus inmediaciones fábricas y depuradoras.
Recuperar el humedal
Estas naves industriales son las que pueblan buena parte del paisaje. Se sitúan en el margen izquierdo del camino. Y no es que den una imagen muy buena. Quizás la más cuidada sea la depuradora de aguas, que se construyó hace solo algunos años. En sus inmediaciones, el Concello ha puesto en marcha un proyecto para recuperar el antiguo humedal que antaño existía en esta zona. Y ya se pueden ver pequeñas charcas llenas de agua que, de vez en cuando, sobrevuelan algunas aves. A pesar de la presencia industrial, la zona es tranquila e incluso invita al relax.
El paseo llega entonces a las inmediaciones de una de las conserveras más importantes de la localidad. Y da la impresión de que allí se termina, de que no se puede pasar. No es cierto. El visitante dispone de una senda que bordea la factoría, por la que seguir su ruta hasta Virxe das Mareas. Si uno obvia el margen izquierdo, donde se apilan jaulas y otro material de la conservera, las vistas sobre el mar son bonitas. E incluso se puede ver perfectamente los pueblos del margen norte de la ría. Aparece entonces al barrio de Virxe das Mareas. Y el paseo todavía puede continuar. El Concello acaba de reformar la senda que, desde este espacio, comunica con Porto Meloxo. Pero esa, es otra historia.