
Enamorada de los misterios del pasado, Carmela Pereira quiere hacer de los yacimientos un recurso turístico
17 feb 2019 . Actualizado a las 05:00 h.Los ojos de Carmela son capaces de ver lo que los demás no vemos. Los ha entrenado para eso. Cuando la crisis le volteó la vida, se recicló en el sector turístico y cumplió un viejo sueño: estudiar Historia del Arte. Fue una feliz coincidencia. Su experiencia profesional como guía le permitió darse cuenta de lo poco que se siguen conociendo, aún hoy, los muchos yacimientos arqueológicos que hay en Galicia. «En otros sitios, con mucho menos, hacen muchas más cosas y lo venden mucho mejor que aquí», reflexiona. En la universidad, su tropiezo con la arqueología fue proverbial. «El arte de todas las épocas está tan estudiado, tan analizado, que apenas hay misterio. Pero en el mundo de la arqueología sí que lo hay».
¿Y a quién no le gusta el misterio? Bueno, a la rutina. La rutina no soporta las emociones fuertes, ni las grandes pasiones. Por eso quiso convencer a Carmela para que volviese a su antigua vida y la tentó con un trabajo en una oficina. Pero llegó su oferta demasiado tarde, porque a base de clases, congresos, conferencias y viajes, la joven había descubierto su vocación y había decidido dar un vuelco a su vida. Así nació Namorarte, una empresa especializada en viajes arqueológicos y culturales por Galicia. «Sólo por Galicia», apunta.
La firma es aún muy joven. Necesita tiempo para crecer, y Carmela necesita, también, tiempo para poder ir dando cuerpo a todas esas ideas que bullen en su cabeza. Porque si algo le sobra a esta mujer son propuestas, excursiones posibles, viajes fantásticos. «¿Te imaginas cómo puede ser vivir un San Xoán en Castrolandín? Allí los vecinos suben al castro y encienden la hoguera y hacen un ritual para bendecir los campos», cuenta con los ojos brillantes y una sonrisa en los labios. Y con la misma devoción habla de la Rapa das Bestas, de los dos penedos que los romanos colocaron en Pena de Rodas, del misterio de Santa Eulalia de Bóveda, de los comerciantes fenicios que recorrían la ría de Arousa... «Dicen que Galicia es mágica, y por algo será», dice tras el apasionado recorrido que acaba de realizar solo con la palabra, sentada a la mesa de una cafetería de Cambados, con el sol entrando por la ventana. Esa misma pasión, destilada entre las piedras de los castros gallegos, parece suficiente para engañar a nuestro cerebro y hacernos ver las cabañas circulares completas, y la gente atareada a su alrededor. Un efecto similar, y perdonen la falta de rigor histórico, al que los niños pueden experimentar leyendo los cómics de Astérix y Obélix, cuando más allá de las aventuras, la poción mágica y los locos romanos, dejan volar la imaginación y piensan en cómo sería la vida en un mundo tan distinto al nuestro.
Los niños, dice Carmela, son un público muy exigente. Aún así, Namorarte está preparada para trabajar con chavales a través de un programa de actividades dirigido a los colegios. Es una de las propuestas que lanzan para «la gente de aquí», que muchas veces ignora el valor de lo que tiene al lado, la historia de quienes vivían más cerca.
El otro gran foco de mercado de Namorarte está fuera de Galicia. «Sabemos que nuestro producto no llega a multitudes, que va dirigido a un público muy específico», dice Carmela. Otra Carmela, en este caso Carmela Silva, la presidenta de la Diputación, aseguraba hace unos años que el turista cultural es uno de los perfiles en alza en nuestra provincia, de ahí el empeño del organismo provincial por poner en valor los yacimientos castrexos y romanos de toda Pontevedra. Son yacimientos diferentes, que cuentan historias diferentes desde lugares y paisajes muy variados. Recorriéndolos podemos hacer viajes fantásticos. Namorarte quiere facilitar esa experiencia, allanar el camino a quienes quieren realizar esta gira por la historia.