El BCE baja los tipos para anticiparse al frenazo económico por la guerra comercial

Ana Balseiro
Ana balseiro MADRID / LA VOZ

ECONOMÍA

La presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde
La presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde RONALD WITTEK | EFE

En su séptimo recorte, el organismo rebaja el precio del dinero otro 0,25 %, dejándolo en el 2,25 %

17 abr 2025 . Actualizado a las 19:26 h.

El Banco Central Europeo (BCE) ha decidido no esperar a que sea una realidad el frenazo económico que se espera provoque la guerra comercial declarada por Estados Unidos, y en su reunión de este jueves ha acordado una nueva bajada de los tipos de interés, anticipándose a la más que probable necesidad de estímulo de la actividad económica en la UE. Así, el organismo que preside Christine Lagarde ha anunciado una rebaja de un cuarto de punto, que deja el precio del dinero en el 2,25 % frente al 2,50 % actual. Es la séptima bajada desde el verano pasado, la sexta consecutiva.

Lagarde ha sido clara en la rueda de prensa de hoy, al afirmar que «las perspectivas económicas se han ensombrecido por una incertidumbre excepcional» debido a las tensiones comerciales. De ahi el recorte de tipos.

La decisión supone un giro respecto a la hoja de ruta establecida en marzo, en la que el BCE se decantaba por pausar las bajadas, supeditándolas a la evolución de la inflación. Sin embargo, la bomba arancelaria detonada por el presidente de EE.UU., Donald Trump, ha obligado al supervisor europeo a anticiparse a un golpe económico seguro, que afectará con especial virulencia a Alemania, ya que el motor de la eurozona -por su industria, especialmente la automovolística- es el que más expuesto está al impacto de los gravámenes anunciados por el líder republicano.

Hace apenas una semana, tras la reunión informal de ministros de Economía y Finanzas (Ecofin) de la UE que se celebró en Polonia, Lagarde ya había emulado a su predecesor, el italiano Mario Draghi, al asegurar que -como ya hizo en la gran crisis financiera- el BCE utilizará «todos los instrumentos» a su alcance para garantizar la estabilidad de los precios ante el impacto «potencial y efectivo» de los aranceles que EE.UU. quiere imponer a los productos de la UE. «El BCE vigila y está siempre dispuesto a utilizar los instrumentos que tiene a su disposición, y ha presentado en el pasado los instrumentos y herramientas adecuados, que eran necesarios para procurar la estabilidad de los precios y, por supuesto, la estabilidad financiera, porque una no va sin la otra», aseguró el pasado viernes.

Hoy no ha habido sorpresas y -como se esperaba- ha dado un primer paso, anticipándose a la necesidad de estímulo de la economía europea, dejando los tipos en un nivel que no se veía desde noviembre del 2022. Cabe recordar también, que a ello ha contribuido la tendencia de los precios, ya que la inflación subyacente se desaceleró al 2,4 % interanual en marzo en la zona euro, por debajo de las propias proyecciones del BCE, mientras que el IPC del sector servicios -un factor que preocupa especialmente al eurobanco- se moderó al 3,4%, marcando niveles mínimos de tres años.

En este sentido, de cara al futuro, los analistas creen que habrá nuevos elementos que tirarán a la baja de la inflación, concretamente la posible política de China, que bajará precios para introducir sus productos en el mercado europeo, así como la contención de los precios de la energía y la apreciación del euro frente al dólar. 

Sobre los próximos pasos del BCE, que publicará sus nuevas previsiones macroeconómicas en junio, la enorme incentidumbre actual, exacerbada por la imprevisibilidad de los movimientos comerciales de Donald Trump, complican el escenario. Por ello, ahora más que nunca, las decisiones sobre la política monetaria del BCE se toman con la mirada en el corto plazo, buscando transmitir un mensaje de calma a unos mercados hiperreactivos -como consecuencia del pánico- desde que el presidente estadounidense anunció el 2 de abril su cruzada arancelaria mundial.

En cualquier caso, los analistas coinciden en señalar como más probable que el BCE continue recortando los tipos hasta el verano.