El incendio de Valdeorras entra con fuerza explosiva en Lugo y amenaza O Courel

LA VOZ MONFORTE

LUGO

Laura Leiras

El fuego tiene comportamiento convectivo y afecta ya a 12.000 hectáreas, tras duplicar su extensión en apenas doce horas. «É moi agresivo e de alta intensidade», dice la Xunta

17 ago 2025 . Actualizado a las 23:43 h.

El frente oeste del incendio que empezó hace cinco días en la comarca ourensana de Valdeorras avanza con fuerza por la montaña de Quiroga, en la provincia de Lugo. Durante la noche del sábado, quemó la aldea de Ferreira, en la parroquia quiroguesa de Montefurado. La buena noticia es que este lunes por fin parece que habrá medios para tratar de combatirlo. Tras entrar el viernes en la provincia de Lugo, el fuego avanza en dos direcciones. Hacia el oeste, se dirige al casco urbano de Quiroga y, hacia el norte, en las cercanías de A Cruz de Outeiro, afecta directamente a la Serra do Courel.

El incendio tiene un comportamiento convectivo, «moi agresivo e cunha alta intensidade», tal y como indica la jefa del Servizo de Prevención de Incendios Forestais de la Xunta en Ourense, Sandra Martínez, y los escasos medios desplegados hasta ahora sobre el terreno no pudieron hacer nada más que tratar de salvar las aldeas. Con las dimensiones de este incendio, sin apoyo aéreo y con las carrocetas contadas, no hay margen ni para pensar en apagarlo. El recuento era de 6.000 hectáreas quemadas hasta este domingo por la mañana, la mayoría en Valdeorras y Quiroga, pero también en municipios de El Bierzo, como Oencia. Pero esa fuerza explosiva hizo que se duplicaran en el último parte. Ya son 12.000 desde las 9 de la noche de este domingo, el doble en solo doce horas.

Los vecinos están en todas partes tratando de combatir el fuego. Lo hacen con mangueras domésticas, ramas, cisternas agrícolas y con cualquier otra cosa que valga y tengan a mano, pese al riesgo evidente que supone esta situación para su integridad física. En el frente que va hacia Quiroga, el incendio se acercaba a primera hora de la mañana del domingo a las puertas de los pueblos de Montefurado, Bendollo y Paradapiñol, en una curva de fuego de aproximadamente seis kilómetros de longitud. Hacia la noche del mismo día, las llamas alcanzaron Ferreira, un pueblo de la parroquia de Montefurado. Allí ya no vive nadie de forma continua, pero tampoco está abandonado. Tiene, o tenía, casas en buen estado, utilizadas como segundas viviendas. El resto de las poblaciones que el viernes y el sábado estaban amenazadas, como Alvaredos o Cereixido, parecen haberse salvado. El fuego ya las superó y ahora están en la retaguardia del incendio.

En cuanto al frente norte, a primeras horas del domingo, las llamas se acercaban al pueblo de A Cruz de Outeiro. En esa dirección, ya no queda lejos A Seara, uno de los lugares de mayor interés patrimonial de toda la Serra do Courel. Es una de las aldeas más vivas y mejor conservadas de estas montañas. En sus cercanías, hay parajes tan conocidos como la cascada de Vieiros y, más allá de este pueblo, ya se abre la zona norte del municipio de Folgoso, con tesoros biológicos como la Devesa da Rogueira, la única que se salvó del gran incendio del 2022.

En cualquier caso, en Quiroga confiaban el domingo en que llegasen más medios para, al menos, pensar en hacer algo más que salvar los pueblos de las llamas. La Xunta instalaba a primeras horas un puesto de mando junto a la carretera N-120, en las cercanías de los pueblos de Bendollo y Bendilló y, por primera vez en tres días, se vieron en el cielo helicópteros y aviones. Además, se unió parte del dispositivo desplegado en A Rúa. Allí, la situación parece casi normalizada, lo que permitió desviar algunos efectivos.

Empeora la situación

Desde las cinco y media de la tarde del domingo, la situación empezó a empeorar de manera generalizada en las parroquias de Quiroga afectadas. Cambios en el viento llevaron las llamas hacia algunos pueblos que hasta ese momento parecían salvados y el fuego se avivó en lugares como Alvaredos, la primera aldea de Quiroga a la que el viernes llegó el incendio desde A Rúa. Media hora más tarde, una gran columna de humo se levantaba en sus cercanías, donde solo quedan un grupo de jóvenes que trataron de salvar las casas, tras marcharse el viernes mayores y niños. A esas horas, era muy difícil llegar a la aldea. El fuego y el humo hacían peligroso intentarlo. La carretera N-120 estuvo cortada una hora en la tarde de este domingo en la zona.

El fuego sigue avanzando y aumenta su intensidad en O Ribeiro y Laza

Los ourensanos siguen viendo con impotencia cómo más de una decena de incendios avanzan por sus montes de una manera nunca vista y sin medios para enfrentarlo. El de Chandrexa de Queixa continúa siendo el de mayor extensión, con más de 17.500 hectáreas, pero parece que ha frenado la velocidad de propagación. «A catástrofe incendiara arrasou case a totalidade do noso termo municipal pero parece que o foco empeza a estar controlado», comunicaban de manera agridulce desde el gobierno local. Continúan activos los grandes focos de Maceda (3.000 hectáreas), A Mezquita (10.000) o Vilardevós (1.500).

Entre todos los frentes abiertos que tiene la provincia, el fuego cogió intensidad en zonas como O Ribeiro. El incendio de Carballeda de Avia iniciado el viernes sobrepasó la capacidad de los medios de extinción y el esfuerzo de los vecinos. Además, hay otro foco en Beade. «Estivemos toda a noite —do sábado— traballando moitísimo, para salvar as aldeas, foi durísimo, ardía por encima da aldea, pero hoxe —por onte— activouse outro foco por outra zona e non puidemos parar», contaban desde la aldea de Muimenta. El viento y las altas temperaturas empeoraron ayer la situación, acercándose hasta el núcleo de Ribadavia, que tuvo los accesos cerrados por la A-52.

También se vivió una jornada complicadísima en el concello de Laza. Hasta algunas aldeas como Soutelo Verde llegó la «locura» de incendio originado en Oímbra, calificado así por los propios brigadistas. Suma más de 12.000 hectáreas. Vecinos relatan que estuvieron gran parte del fin de semana cercados por las llamas, sin que apareciesen medios de extinción hasta ayer. La propia BRIF de Laza tuvo que mover sus aviones de la base por las malas condiciones. Además, la aldea se quedó sin luz, cobertura móvil y agua.

El incendio de Larouco, con más de 12.000 hectáreas afectadas, es el que más preocupa por el peligro para las poblaciones, ya que se aproxima a O Barco y puede juntarse con otro de León. Dejó sin agua potable a Petín y A Rúa. La falta de agua, tanto para consumo como para suministro, está complicando la extinción. Los depósitos están vacíos y la línea eléctrica de bombeo, dañada. Por problemas en las telecomunicaciones, Sanidade centralizará la atención médica en O Barco, A Rúa, Viana do Bolo, A Pobra de Trives, Verín y Montederramo.

Los cortes de tráfico se repiten en la A-52 y sigue cerrada la línea de tren a Madrid

La ola de incendios que afecta a la provincia de Ourense obligó ayer a nuevos cortes de tráfico en la provincia y mantuvo suspendida la conexión ferroviaria entre Galicia y Madrid. Las cámaras de la Dirección General de Tráfico (DGT) amanecieron con un panorama tranquilo, pero las incidencias fueron apareciendo de forma intermitente a lo largo del día. El corte más prolongado se dio en tres kilómetros de la N-525, en ambos sentidos, a su paso por Guimarei, en Monterrei; y en As Estibadas, en Cualedro.

También se registraron, un día más, afectaciones a la circulación en la autovía A-52, que la Guardia Civil recomienda evitar a quienes quieran viajar entre Galicia y la Meseta. La vía estuvo cerrada entre los kilómetros 252 y 262, en el entorno de Ribadavia y Melón, debido al incendio de Carballeda de Avia; y también en los kilómetros 155 y 260. Los cortes llegaron, además, a la zona de O Barco de Valdeorras, donde a media tarde se cerraban cinco kilómetros de la OU-121. Y según informó la DGT, también estuvo condicionado el tráfico en puntos de las carreteras OU-212 y de la OU-1009 .

Revisión de la línea

Mientras tanto, los equipos del ADIF continuaron ayer revisando las vías para descartar posibles daños y garantizar la seguridad cuando las autoridades permitan restablecer el servicio ferroviario entre Galicia y Madrid, que ayer cumplió su quinto día cerrado. Por la mañana, el ministro de Transportes, Óscar Puente, avanzaba que era «muy probable» que no se pudiese reanudar. Y así fue. A mediodía, el ADIF confirmó la suspensión para el resto del día y Renfe informó de varios trenes especiales entre Zamora y Madrid. Sobre las alternativas por carretera que reclamaron algunos viajeros gallegos, Puente explicó que «no se trata de suplir un tren o cuatro con autobuses», sino de proporcionar el servicio con garantías.

La situación que genera el fuego obligó ayer a suspender la circulación de trenes entre las estaciones de A Rúa-Petín y Vilamarín, afectando a la línea entre A Coruña y Barcelona, cuyos pasajeros fueron trasladados por carretera desde Ourense a Ponferrada. También se suspendió entre Vilagarcía y Pontecesures por un incendio en Catoira.