El BBVA fracasa en su opa: solo seduce al 25 % del Sabadell

M. Mora / G. Lemos REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

Alberto Ortega / Europa Press

El banco que preside Carlos Torres no alcanza el nivel mínimo del 30 % que se había fijado para lanzar una segunda opa si no lograba la adhesión del 50 % del capital, como pretendía

16 oct 2025 . Actualizado a las 23:31 h.

Fracaso rotundo del BBVA en su intento de hacerse con el control del Sabadell. La batalla iniciada hace ya 18 largos meses por el banco vasco y encabezada por su presidente, Carlos Torres, se ha saldado con la victoria de la entidad catalana. Esta vez, el pez grande no ha conseguido tragarse al pequeño. Pretendía el BBVA con su opa hostil hacerse con el 50 % del capital del Sabadell, aunque había dejado la puerta abierta para seguir adelante si no lo lograba. Lo haría si conseguía que al menos el 30 % de los accionistas del banco vallesano le daban el sí quiero. Para ello habría tenido que lanzar una segunda opa y abonarla íntegramente en metálico. Ya no será necesario.

No ha podido ser. No ha llegado ni a ese mínimo. Únicamente ha logrado convencer al 25,33 % de las acciones y el 25,47 % de los derechos de voto, incluida la autocartera.

«En consecuencia, la oferta pública ha tenido resultado negativo al no haber sido alcanzado el límite mínimo fijado por el oferente para la validez de la misma», reza el epitafio que la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) le puso ayer a la operación.

Toda una sorpresa. El Sabadell se sale con la suya y continúa camino en solitario, como era su deseo. Un futuro lejos del BBVA por el que los responsables de la entidad catalana, capitaneada por el tándem Josep Oliu-César González Bueno han luchado con uñas y dientes desde el principio. Y una posibilidad por la que pocos apostaban. Prácticamente todos los analistas, y así lo reflejaba el mercado, daban por más que probable que el porcentaje de aceptación de la opa estaría en torno al 40 % y que quedaba batalla para rato. Expectativas alimentadas desde el propio BBVA que, por boca de su presidente, se mostraba convencido de alcanzar sus propósitos.

Un presidente tocado

Pero no ha sido así. Y ahora la decisión de los accionistas del Sabadell deja a Carlos Torres tocado. Y eso, porque el presidente del banco vasco había convertido esta operación en una cuestión casi personal que le ha granjeado, además de una férrea defensa en las filas del Sabadell y duras críticas del adversario, la oposición de amplios sectores de la sociedad catalana. Por no hablar de su enfrentamiento con el Gobierno, cuestión esta última que lo ha llevado hasta el Supremo, a cuenta de las condiciones que el Ejecutivo le impuso para hacerse con el control del banco catalán

Todo lo contrario que el consejero delegado del Sabadell, César González Bueno, que sale reforzado tras haber convencido a sus accionistas de lo conveniente de no plegarse a los deseos de Torres y de seguir adelante en solitario. Les sale mucho más rentable. Eso les ha asegurado una y mil veces durante el último año y medio. Palabras que ha regado con una millonaria promesa de dividendos, y que, visto lo visto, han calado y convencido a los pequeños inversores de los que está trufado el accionariado del Sabadell, y que con su negativa a aceptar la opa han acabado por echarla abajo. «Ha triunfado el sentido común», se felicitaba ayer, en declaraciones a Efe el presidente de la Asociación de Accionistas Minoritarios del Sabadell, Jordi Casas,

Fuerte subida en Wall Street

Era la tercera vez que el BBVA lo intentaba. Ya lo había hecho hasta en dos ocasiones en el 2020 y a principios del 2024. Las dos por las buenas. Nada de hostilidades. Ahora no podrá volver a intentarlo en al menos un año. La ley se lo impide.

Habrá de someterse Torres también al veredicto de la Bolsa y, a la vista de lo sucedido anoche en Wall Street, no parece que vayan a ser ese un trago demasiado amargo. Los ADR (no cotiza directamente en el mercado estadounidense, sino que lo hace a través de los ADR, certificado emitido por un banco de Estados Unidos que representa acciones de una empresa extranjera) del banco presidido por Carlos Torres llegaron a dispararse más de un 9 %, hasta los 19,7 dólares. Al cierre del mercado estadounidense , la subida fue algo menor: del 6,68 %, hasta los 19,48 dólares, lo que deja su revalorización anual en el 100,41 %.

Carlos Torres ha querido cambiar el foco y ha aprovechado el momento para anunciar que el banco retomará de manera acelerada su plan de retribución al accionista: «Mirando al futuro, nuestro plan estratégico y objetivos financieros para el período 2025-2028 nos mantendrán a la cabeza de la banca europea en crecimiento y rentabilidad. Esperamos obtener un beneficio atribuido acumulado en estos cuatro años de aproximadamente 48.000 millones de euros y disponer de 36.000 millones para retribuir a nuestros accionistas». «Hoy BBVA mira al futuro con confianza y entusiasmo. Contamos con un banco en su mejor momento, un equipo comprometido, y una hoja de ruta clara para seguir creciendo y creando valor para nuestros accionistas, clientes y la sociedad», añadió.

Y es que el resultado de la operación es un mazazo para el presidente del banco vasco, que tras el rechazo del Sabadell a una fusión amistosa redobló la apuesta con una opa hostil que se encontró con el rechazo frontal del empresariado y la sociedad civil catalana y con palos en las ruedas por parte del Gobierno, que impuso condiciones draconianas a una eventual fusión que ya no tendrá lugar. 

Pese a todos los obstáculos, Torres había asegurado en las últimas semanas que superarían ampliamente el umbral del 50 % de aceptación, confiando en el apoyo de los inversores institucionales, que representan algo más de la mitad del capital del Sabadell, pero a la vista de los resultados el apoyo no ha sido de la dimensión esperada en la sede del banco vasco. El rechazo de los minoristas, que representan un 45 % del accionariado, se daba por descontado, y en este caso los pronósticos no han fallado. De hecho, esta misma semana ya había habido una primera señal al desvelar el Sabadell que del 30 % de pequeños inversores que son a su vez clientes del banco catalán, solo un 2,8 % habían aceptado la opa, lo que suponía un ínfimo 1,1 % del capital total. 

«Total respeto» del Gobierno al resultado, que celebran Illa y Puigdemont

«Total respeto» a la decisión de los accionistas del Banco Sabadell, «que es a quienes correspondía valorar» la opa lanzada por el BBVA. Con esa estudiada equidistancia reaccionaron ayer desde el Ministerio de Economía al resultado de una operación que el Gobierno dificultó al establecer unas condiciones draconianas a una eventual fusión entre ambas entidades, que finalmente no se materializará.

El departamento que dirige Carlos Cuerpo optó por poner el foco en la «impecable» actuación de todos los supervisores y autoridades involucradas en el proceso: Banco de España, Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) y Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).

Mucho menos comedida ha sido la reacción de los primeros espadas de la política catalana. «El intento de acabar con el sistema bancario de Cataluña ha fracasado», celebró en redes sociales el líder de Junts, Carles Puigdemont. «Era importante que la opa no prosperara», se felicitó el expresidente de la Generalitat desde Bélgica, donde reside. Para el dirigente, ahora es «aún más importante» que el Sabadell refuerce los vínculos con el sistema económico y social de Cataluña, ya que entiende que «es la mejor prevención para futuras tentaciones de absorción».

Por su parte, el actual presidente de la Generalitat, el socialista Salvador Illa, destacó por su parte que el «desenlace» de la oferta «confirma lo que siempre hemos defendido: un sistema bancario adaptado a la realidad de Cataluña y de su tejido empresarial». Illa, como el Gobierno central, valoró el «papel ejemplar» que a su juicio han desempeñado los órganos y autoridades reguladoras: Banco de España, CNMC y CNMV. «Ahora es necesario mirar adelante», según Illa, que señaló que el Ejecutivo catalán cuenta con el «papel importante» que tanto el BBVA como el Sabadell deben seguir teniendo para generar progreso y prosperidad en Cataluña». Y es que, pese a la oposición de la sociedad civil catalana a la operación, el banco vasco es la segunda mayor entidad financiera de la comunidad, tras absorber seis de las diez antiguas cajas catalanas con la integración de CatalunyaCaixa.