Cuando Rocío Carrasco fue embajadora de Vilanova

Antonio Garrido Viñas
antonio garrido VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

VITOR MEJUTO

Vino a inaugurar una agencia inmobiliaria en 1999 y fue recibida por Gonzalo Durán, que aprovechó su paso por la localidad para presumir ante la prensa del corazón y le ofreció ser pregonera

16 jun 2021 . Actualizado a las 20:40 h.

Hay quien lleva en el «candelabro», que decía alguna, toda la vida. Rocío Carrasco es una de esas personas. Es noticia desde que nació y, a veces, parece que tampoco hacía mucho para evitarlo. Hace 22 años, quien ya quería desechar el nombre de Rociito de su vida —le echó una buena bronca a la prensa local por utilizar ese apelativo para referirse a ella—, se presentaba en Vilanova para inaugurar una inmobiliaria. Como en muchos momentos de su día a día, la hija de Rocío Jurado era noticia —aún no se conocía lo del trending topic— porque entonces estaba en pleno proceso de separación de Antonio David. Para conocer los detalles de esa relación es mejor que consulten la docuserie que ahora está en boga -veintidós años después de todo aquello-, que este texto, que se va a centrar en la huella que dejó el paso de la celebrity por las tierras arousanas.

 Y, vive Dios, que la huella fue clara. Con Rocío Carrasco llegaron una buena banda de paparazzi, a la caza y captura de alguna imagen que pudiera servir para las revistas del corazón. Pero también quedó claro entonces, por si alguien tenía o tiene alguna duda, que es posible esconderse. Rocío dio esquinazo durante las horas que estuvo en la comarca de O Salnés a los fotógrafos sin mayores problemas. Tan desesperados estaban, que cuentan las crónicas que varios acabaron apostados en una rotonda para intentar cazar a su presa. Llegaron hasta a comprar lotería, a ver si así les cambiaba la suerte.

VITOR MEJUTO
 

No lo consiguieron. Tras la multitudinaria inauguración de la inmobiliaria, Rocío Carrasco solamente se dejó ver de nuevo cuando fue recibida de manera oficial en el Concello de Vilanova por el alcalde. Allí llegó en el Mercedes del regidor, que conducía Javier Tourís, entonces responsable de Hacienda, Desarrollo Industrial y Promoción de Empleo, y ya, desde hace algunos años, teniente de alcalde. «El público envidió a Javier Tourís, que la paseó en el coche del alcalde», contaba El Palomar de La Voz . Llegó en olor de multitudes, escoltada por sus propios guardaespaldas y por efectivos de la Policía Local, ante un pueblo deseosa de verla de cerca. «Sácaaa, aínda que sexa polos pelos», gritó alguna fan fuera de sí.

VITOR MEJUTO

Aquella irrupción de Rocío Carrasco en la comarca dejó pocos titulares, para desazón de la prensa, de la local y de la foránea, que ya se sabe que en verano le gustan tanto las serpientes como los culebrones. Y aquí había de una cosa y de la otra. Dijo Rocío que no le gustaba el champán, que le encantaba Vilanova y que no le importaría veranear por estas tierras. «A ver si me regalan un piso», lanzó.

No cuajó el dardo que tiró entonces, al menos que se sepa, pero sí que dejó resaca su visita pese a que evitó el champán. El BNG tardó poco en redactar un comunicado de prensa criticando la recepción oficial en el Concello. «O PP de Vilanova tivo ocasión, por fin, de demostrar publicamente a toda a comarca a súa verdadeira valía, preparación, e facer ver as súas grandes capacidades políticas, a pesar de que o traballo non era nada doado», decía. Un trabajo que los nacionalistas resumían en dos puntos: «Agasallar e divertir a unha das figuras de prensa rosa».

Los nacionalistas no lanzaban su ataque, evidentemente, sobre la firma que había contado con Rocío Carrasco como relaciones públicas, sino contra lo que calificaban como «papanatismo vergonzante» de los responsables municipales. Según el BNG, el gobierno local «caeu rendido ante unha personaxe se oficio nin beneficio e que representa un estilo de vida e uns valores que os nosos gobernantes non deberían promocionar». Al Bloque le sentó especialmente mal que Gonzalo Durán la hubiera ofrecido ser la pregonera de las fiestas. «Sen saír de Vilanova temos moitas persoas preparadas e con infinidade de méritos como para concederlles esta honra», afirmaban.

No fue a más la cosa. Rocío Carrasco no fue pregonera de las fiestas de Vilanova, aunque todavía está a tiempo, y tampoco consta que le hayan regalado ningún piso. Pero algo aprendimos de todo aquello. Como nos contó Alonso de la Torre en su columna diaria, Rociito no lleva tilde.