El Tribunal Supremo confirma la condena al presidente del club de yudo que agredió a un funcionario del Concello de Cambados

p.p.V. VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

Instalaciones del complejo polideportivo municipal de Cambados
Instalaciones del complejo polideportivo municipal de Cambados MONICA IRAGO

El alto tribunal no admitió el último recurso presentado por quien fue condenado a un año de cárcel y el pago de una multa de 600 euros por dos delitos cometidos durante el período de restricciones durante la pandemia

09 jun 2024 . Actualizado a las 18:16 h.

La Sala de lo Penal del Tribunal Supremo ha acordado «no haber lugar a la admisión del recurso» presentado por el presidente del club local de yudo de Cambados contra la sentencia condenatoria por su agresión a Ríchard Charlín, funcionario municipal encargado de la apertura y atención de las instalaciones deportivas del Concello.

Frente a la decisión del alto tribunal «no cabe interponer recurso ordinario alguno», de manera que la condena decidida en su día por el Juzgado de lo Penal Número 1 de Pontevedra adquiere carácter firme y su correspondiente cumplimento. Esto es, un año de prisión —que el condenado no cumplirá por tratarse de una pena menor a los dos años—, con la accesoria de inhabilitación especial para el ejercicio del derecho de sufragio pasivo durante el tiempo de la condena por un delito de atentado, y dos meses de multa con una cuota diaria de 10 euros (600 en total) por un delito leve de lesiones. Además, el presidente del club local de yudo deberá hacerse cargo de las costas de todo el procedimiento judicial, incluidas las correspondientes a la parte de la acusación particular, junto a la factura del Sergas por la atención al funcionario agredido.

La sentencia del Juzgado de lo Penal Número 1 de Pontevedra, que ya había sido avalada por la Audiencia Provincial en un primer recurso del acusado, da por probado que el presidente del club de yudo agredió el 30 de marzo del 2021 a Charlín en la calle camino de un pabellón cuando este le recriminó no respetar el horario de cierre en plena pandemia.