El nuevo Mercadona de Valle Inclán permitirá conocer la historia de Vilagarcía tras hacer la compra
03 nov 2024 . Actualizado a las 20:37 h.Vilagarcía se va a convertir en la única ciudad que conozco con un supermercado con museo incorporado. Aquella Perla de Arousa, donde hace 35 años no había un miserable supermercado y teníamos que comprar en entrañables e inolvidables tiendas de cercanía, va a romper moldes con la inauguración en unos meses de un Mercadona modernísimo y amplísimo, con espacio para comprar comida preparada y tomársela allí mismo y, ¡atención!, con museo al lado.
Hace 40 años, comprábamos la leche, la pimienta negra y la gaseosa Koso en la tienda de Sita si vivíamos en Os Duráns o en Los Pepes y Camba si vivíamos en el centro o nos acercábamos al mercado. Hasta mediados de los 80, no se instaló ningún supermercado en Vilagarcía y, al igual que hoy no se conoce un súper con museo, entonces no se conocía ninguna ciudad de 30.000 habitantes (31.000 tenía Vilagarcía en 1985) que no contara con algún supermercado. Pero abrieron los llamados Hipomercado en Rey Daviña y Arzobispo Gelmírez y aquello fue un rasgo de modernidad y el principio de un camino que nos llevó de villa a ciudad en un cuarto de siglo. De todas maneras, el nombre de aquellas medianas superficies se las traía porque no se llamaban híper, ni súper, sino hipo, un inconcebible prefijo para un supermercado pues significa escasez, por debajo de, inferior a lo normal.
Pero ya ven, hemos pasado de supermercados tan humildes que se declaraban inferiores a lo que era normal a tener no ya una mediana superficie con museo, sino una inflación de «súpers» e «hípers» increíble porque nadie cree que puedan funcionar tantos y sin embargo, funcionan.
De las tiendas de proximidad, quedan en Vilagarcía Los Pepes, convertida en nuestro particular club de gourmets, donde las esencias de lo selecto se sustancian en escaparates tentadores. Y, naturalmente, aunque no sea en Vilagarcía, sino llegando a la ciudad, Súper Nito, cuyo fundador abrió carnicería en los 70 en Corón, en la carretera de Cambados, después amplió a ultramarinos y ha acabado convirtiéndose en nuestro familiar Súper Nito. Tan familiar que primero estuvo donde se celebraba el baile dominical de Corón y después, donde abría tienda el padre del recordado pediatra Luis Nogueira.
El caso es que fueron pasando los años y en 1990 se anunciaron otros dos supermercados: uno en Rey Daviña y, sobre todo, el de A Xunqueira, que se inauguró en 1994 y, con sus 3.000 metros cuadrados, triplicaba la superficie del más grande de la ciudad, además de contar con 15 cajas y una tienda de discos más grande que la del Continente de Vigo. El resto de la historia ya la conocen y está jalonada de nombres tan comerciales como familiares para los consumidores vilagarcianos y de la comarca: Lidl, Mercadona, Alcampo, Kolding, Krone, Día, Familia, Froiz, Aldi, Gadis, Eroski… Hasta llegar a un dato que define nuestra vocación compradora: en 40 años, hemos pasado de dos supermercados para 31.500 habitantes a 14 para 37.689. Significativo: 6.000 habitantes más y 12 súper e híper más.
Pero lo que verdaderamente revolucionará nuestro universo comprador es la operación Mercadona, que cerrará sus establecimientos de Rosalía de Castro (espeluzna el desamparo en que queda comercialmente el norte de Vilagarcía) y A Xunqueira, para abrir una mediana superficie ultramoderna en Valle Inclán, frente al puerto, junto al parque del Castriño o Parque Botánico Enrique Valdés Bermejo y al lado del núcleo fundacional de Vilagarcía, el castro de Alobre.
En Mercadona no son tontos, pero sí son prudentes y cuando decidieron abrir un gran supermercado donde antes estaban las maderas de la familia Redondo, lo primero que hicieron fue sondear el valor arqueológico de la antigua maderera, al pie del castro, no fuera a ser que la calidad histórica del enclave hiciera inviable la construcción del comercio y el aparcamiento.
Patrimonio dejó claro enseguida que cualquier construcción que allí se promoviera debería respetar los restos arqueológicos que se hallaran, que tendrían que ser conservados y musealizados. Mercadona se atuvo a estas directrices y, tras quedar claro cuál era el espacio sin valor histórico ni arqueológico, comenzaron las obras.
El final de este proceso trae tres consecuencias: la primera será la apertura de un Mercadona que asombrará como está sucediendo con las nuevas tiendas de la marca; la segunda será que, al lado del supermercado, habrá un museo y la tercera es que las prospecciones arqueológicas han aportado algunos datos interesantes a la historia de Vilagarcía, que hasta ahora tenía 583 años desde la carta fundacional de García Caamaño en 1441, pero que, según los resultados de las excavaciones arqueológicas, habría tenido mil años más de historia o, cuando menos, de actividad en el castro de Alobre y su entorno.
Hace unos días, el ayuntamiento recibió de Mercadona 1.026 metros cuadrados, situados junto al nuevo establecimiento comercial, por un perÍodo de 50 años. Además, esta compañía valenciana destinará 65.000 euros para musealizar ese espacio y financiar dos años más de excavaciones. Dentro de unos meses, seremos unos ciudadanos privilegiados que, después de comprar, podremos visitar los 20.400 metros cuadrados del castro de Alobre, su puerta marítima, su cetárea romana, su necrópolis… En 40 años, pasaremos de Sita, Nito, Camba y Pepe a un supermercado con museo incorporado.