Del laboratorio a las pistas de baloncesto

Antonio Garrido Viñas
Antonio Garrido VILAGARCIA / LA VOZ

AROUSA

MONICA IRAGO

Un Erasmus en el Panathinaikós y la pandemia fueron clave en el cambio de rumbo de su vida

20 ene 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

A Luis Gabín (Betanzos 1988), de la casta le viene al galgo lo del baloncesto puesto que sus padres estuvieron entre los fundadores de un club histórico como es el Santo Domingo de Betanzos. Sin embargo no es que él tuviera un pasión exacerbada, o al menos esa impresión da, por el baloncesto desde pequeño. Su familia se trasladó a Vilagarcía cuando era apenas un crío y la escuela del Liceo, primero, y luego la del BBC fueron sus primeras paradas en su devenir por el mundo de canasta. En realidad, no recuerda Luis grandes momentos en ese encuentro inicial con el baloncesto. Sí, que fue en la categoría infantil cuando ya estuvo integrado de verdad en una dinámica de grupo, jugando partidos y demás.

A esas alturas ya estaba en el BBC y a él le pilló la fusión que derivó en el actual CLB sobre la cancha. Fue cumpliendo etapas en el club y una de ellas, la de probar como entrenador, cuando todavía no se le había pasado por la cabeza siquiera que ese podría ser su futuro. Pero probó en la escuela del club de la mano de Pancho Villaronga y Luis Conde. Y, poco a poco, fue consiguiendo la titulación para entrenar. Tenía el título de primer nivel, que le bastaba para echar una mano con los partidos de los equipos de la categoría premini e incluso para estar de técnico ayudante en el conjunto que jugaba en la EBA. La solución fue hacer el ciclo de baloncesto que se imparte en el CIFP Fontecarmoa. Lo hizo tras acabar su tesis cuando ya había concluido sus estudios de Biología en Santiago. «Hice el primer curso del ciclo y seguía yendo a Santiago cuando el laboratorio les aparecía algún proyecto, pero ya sabes como está lo de la investigación», recuerda. Y surgió la ocasión, ese tren que pasa solo una vez. «Iván (Villar) me dijo que había la oportunidad de que me fuera a un club de fuera de España. Seguramente, si la oferta no hubiera sido tan buena, le habría dicho que no, que iba a seguir en lo de la investigación», recuerda. Pero sí que lo era. Nada menos que para irse al Panathinaikós, uno de los grandes clubes de Grecia. «Es un club grande, pero muy familiar. La experiencia fue muy inmersiva. La sensación que tenías es que estabas muy dentro de un club enorme y con una tradición y una historia que no es fácil de encontrar en Europa», subraya.

Allí estuvo una temporada y aquello le sirvió para conocer otras formas de entrenar. «Son muy de la escuela balcánica, de mucha repetición, de echarle muchas horas buscando la perfección en el gesto técnico», dice, mientras que por aquí ahora se busca poner al deportista en las situaciones más realistas posibles para que las entienda y las sepa solventar.

Al regreso, y una vez que Xoán Trigo no sigue al frente del primer equipo del CLB ,asume él su dirección, además de un cadete y un premini, porque no sobran entrenadores. «Y fui enlazando, enlazando, hasta dedicarme a esto en exclusiva ahora mismo», explica. Una decisión que, dice, sorprendió en un principio en su casa, donde es probable que todavía guardaran la esperanza de que siguiera con la investigación a su vuelta de Grecia, pero la pandemia tuvo su cuota de culpa. Todavía tenía algún proyecto en marcha con su grupo de trabajo de Santiago, pero el covid lo paró todo. Ese fue el empujón definitivo hacia un contrato indefinido en el CLB con unas condiciones de las que dice que no se queja.

Ahora, al frente de una buena generación de jugadores, que lleva algunos años quedándose a las puertas de llegar a lo que antes era la EBA y ahora se denomina Tercera FEB. «Un equipo que demanda horas, que demanda entrenar, porque quiera mejorar y quiere competir cada vez mejor», afirma Luis. ¿Podrá ser este año? «Han ascendido equipos que nos ganaron en la fase de ascenso y que ya no están. Vamos a intentar meternos ahí y creo que cada vez estamos más cerca de tener opciones de ganar ese partido decisivo en el que hasta ahora siempre nos encontramos un rival superior», afirma.