Ideas, conceptos, pancartas: tres pasos para abordar las realidades de la inmigración
AROUSA
A Illa acoge este fin de semana un interesante taller en el que la reflexión sobre temas sociales y el arte se dan la mano
26 ene 2025 . Actualizado a las 05:00 h.La pizarra está llena de palabras, de pequeños dibujos, de flechas que van y vienen. Ese jeroglífico es el resultado del debate que, durante la mañana, se ha desarrollado en la Escola de Pau de A Illa. Allí se está celebrando este fin de semana un Obradoiro de Pancartas que giran en torno a la inmigración. Es esta una actividad organizada por Círculo do Silencio y Sebas Pintándola, con la colaboración del Concello de A Illa, Dorna, A Casa Branca de Santiago de Compostela y el muralista Yoseba M.P.
Si este fuese un taller al uso, podríamos decir que el objetivo del mismo es crear varias pancartas que aluden al tema elegido y que van a pasar a formar parte de una suerte de archivo comunitario del que pueda echar mano cualquiera que pueda necesitarlo. Pero este no es un taller al uso. Porque aquí, el proceso artístico es simplemente el paso final, el apartado de conclusiones de los debates y las lluvias de ideas que se han desarrollado antes. Este sábado por la mañana, en la sala de la vieja escuela, seis personas hablaban sobre qué lleva a otras personas a dejar atrás su país, sus raíces, sus vínculos familiares. Hablaban sobre la sensación de desarraigo, sobre el peso de la pérdida, sobre esa maldición lanzada sobre nuestra especie y que alguien condensó un día diciendo que el hombre es un lobo para el hombre.
En esa charla se cuelan referencias a África, a Asia, a América del Sur. Y por ella navegan palabras como aporofobia, como colonialismo, como explotación, como imperialismo económico... Referencias a todos los males que, muchas veces auspiciados desde «el primer mundo» envenenan los recursos de los países de los que las personas se acaban viendo obligadas a huir, a escapar; muchas veces poniendo en peligro su vida, siempre persiguiendo un paraíso que, nosotros lo sabemos, no existe.
Con toda esa reflexión hecha y convertida en palabras, llega la hora transformar estas en imágenes contundentes y poderosas, en letras dignas. Y esas imágenes acabarán transformadas en pancartas que saldrán a la calle siempre que alguien, en algún rincón del país, decida manifestarse para reivindicar que todas las personas somos iguales; que todas debemos tener los mismos derechos.