La renaturalización del bosque atlántico sigue su firme curso en O Salnés

XACOBE LAMAS REDACCIÓN / LA VOZ

AROUSA

MONICA IRAGO

La UVigo abandera una iniciativa para regenerar forestas húmedas con la mínima acción posible del hombre, que ya está en marcha en András, Sobrán y Pinar do Rei

01 sep 2025 . Actualizado a las 18:39 h.

En horas en las que Galicia alza la vista hacia el monte con dolor, hay pocos rayos de luz a los que mirar con optimismo. Pero en Vilagarcía y Vilanova existen motivos a los que aferrarse. El proyecto de renaturalización del bosque antiguo impulsado desde el Observatorio para la Gobernanza de la Universidade de Vigo y encabezado por el profesor Óscar Briones avanza en estos municipios en su empresa de recuperar espacios forestales para carballos, castaños o bidueiros.

Después de reclutar para su causa 16 hectáreas en András, cedidas por la comunidad de montes, y de iniciar conversaciones con la de Sobrán para incorporar otras 9, en junio llegó a un acuerdo con el Concello de Vilagarcía para hacer lo propio en un espacio en Pinar de Rey que el consistorio ya había estado dedicando a labores similares de renaturalización.

Briones se muestra entusiasmado ante esta nueva vía que se le abre, dado que hasta ahora habían tenido más éxito sus conversaciones con comunidades de montes y con empresas que con los Concellos. Al ejemplo de Vilagarcía, pronto se sumará un proyecto en Corcubión, que también cederá suelos de titularidad municipal para recuperar bosque atlántico.

La renaturalización es una idea que consiste en la dedicación de una parte de la masa forestal a la recuperación de los denominados bosques antiguos. Es decir, buscar que los bosques tomen el aspecto que en algún momento, previo a la transformación de la mano del hombre, tuvieron. Para el caso gallego, eso significa la plantación de especies autóctonas de frondosas húmedas, en pos de generar un bosque atlántico.

Un punto clave en esta filosofía es «deixar estar» el bosque, que la actividad humana sea mínima en este espacio. Una idea que puede asustar en un contexto en el que se señala el abandono de los montes como una de las causas de los incendios. Pero frondosas como el carballo, el bidueiro o el salgueiro son generadoras de un sotobosque húmedo y un ambiente frío que resultan buen antídoto contra los incendios. Son especies menos combustibles que el pino gallego o el eucalipto.

Por supuesto, eso no significa que sean inmunes a la labor del fuego. Ante incendios tan voraces como los vividos este verano en Ourense poco pudieron hacer los castiñeiros y carballeiras, que también fueron pasto de las llamas. Pero como explica Briones, «hai certa evidencia de que este bosque como mínimo mitiga o impacto dos incendios, que non o favorece».

La acción humana en los bosques antiguos no es cero. Los proyectos firmados por el equipo de Briones contemplan entre tres y cuatro actuaciones de cuidados y desbroce anuales en sus etapas iniciales, cuando aún no se ha generado ese ambiente frío y húmedo. Pero la mano de obra que requieren empieza siendo poca y debería ir siendo cada vez menor: «En Galicia temos moita masa forestal e iso é bo, pero tamén un desafío. O bosque é difícil de manter».

Convenciendo a los actores

Los resultados están siendo positivos. «As comunidades tiñan reticencias porque sempre hai xente por aí que quere aproveitarse». Pero el tiempo y el buen hacer del equipo de Briones les han convencido: «Ás veces con máis acerto, ás veces con menos, pero aprecian que as nosas intencións son positivas e que non tratamos de sacar ningún rédito, solo de axudar».

Aunque estos proyectos no necesiten de mucha financiación, debido precisamente a que no requieren de demasiada mano de obra, es necesario que alguien corra con los costes. Hay diferentes alternativas, pero la vía más exitosa hasta el momento están siendo empresas que, conscientes de la importancia de la conservación de nuestros bosques, se incorporan al proyecto para financiarlo. En un comienzo, Briones reconoce que pensaba que el actor más difícil de involucrar sería la iniciativa privada, pero nada más lejos de la realidad: «Cando chego a falar con elas, as empresas non me miran raro, saben que Europa camiña nesa dirección».

De hecho, y aunque ese no es el objetivo de la iniciativa, Briones revela que este tipo de colaboraciones les está abriendo nuevos mercados a algunas de ellas. En países del resto de Europa a los inversores les gusta comprobar que las compañías se preocupan de mitigar el impacto ambiental de sus actividades económicas.

Una de las primeras empresas en sumar su granito de arena fue la conservera Antonio Pérez Lafuente, quien ya financia el bosque de la parroquia de András desde hace meses y continuará haciéndolo durante los próximos cinco años. Un bosque, el de András, que servirá para depurar unas 120 toneladas de carbono al año, el equivalente a lo que emiten 75 automóviles promedio. «Todo un pulmón forestal», según Briones.

Con las vecinas hectáreas de Sobrán se busca firmar un convenio parecido. Algunas empresas locales ya han mostrado su interés. En Pinar de Rey no será necesario, será el propio Concello de Vilagarcía quien invierta en la iniciativa. El monte avanza y la sociedad gallega no le da la espalda.