Se fueron los rusos, llegaron los RoRo

José Ramón Alonso de la Torre
J.R. Alonso de la torre REDACCIÓN / LA VOZ

AROUSA

MONICA IRAGO

Celso Callón anunció en 1986 la llegada de los buques roll-on roll-off y nos dio la risa

28 sep 2025 . Actualizado a las 09:27 h.

Sucedió hace casi 40 años. El PSOE se preparaba para las elecciones municipales de 1987 y unos meses antes, en noviembre de 1986, los socialistas vilagarcianos celebraron una asamblea local en la que se decidió que su candidato in pectore para competir con José Luis Rivera Mallo por la alcaldía sería Juan Antonio Pérez Callón. En esa asamblea, intervino también el presidente de la Autoridad Portuaria, Celso Callón Recuna, en quien se daban las circunstancias de ser primo del candidato in pectore y del anterior alcalde socialista de Vilagarcía, José Recuna.

En 1986, el candidato socialista era Pérez Callón, pero también se movían en la sombra, intentando ser ellos los candidatos, el propio Celso Callón y el profesor Elías Lamelas, que luego se retirarían ante los claros apoyos que tenía Juan Antonio en Vilagarcía y en Santiago. Siempre había que contar con el llamado sector ferreirista del PSOE, liderado por Ferreira Faro, que agrupaba a diversos militantes muy guerreros de Vilaxoán y al equipo de gobierno que había gobernado la ciudad entre 1979 y 1983, cuando los socialistas se hicieron el harakiri defenestrando al alcalde Recuna para aspirar y perder con Seso Giráldez.

Pero volvamos a aquella asamblea porque fue durante su desarrollo cuando Celso Callón habló por primera vez de una novedad portuaria. En su informe, presumió de la finalización, en marzo de 1987, tres meses antes de las elecciones, del parque de O Cavadelo, de la inminente construcción de los accesos al muelle de O Ramal y a la rampas de O Cavadelo y de la adquisición de cinco grandes grúas para los muelles de O Ramal, que no tenía ninguna, y Comercial.

Aunque la noticia portuaria más importante fue la que pasó más desapercibida: se iba a construir una rampa en el muelle de O Ramal para buques roll-on roll-off. Según informaba La Voz, se trataba de «buques de poco calado aptos para todo tipo de transportes, especialmente contenedores». Desde el primer momento, aquello de los roll-on roll-off, que popularmente fueron enseguida calificados como RoRo, fue tomado a broma por la ciudadanía y el propio Celso Callón, un hombre mordaz y desdramatizador que huía de la solemnidad, también ironizó con los RoRo.

Hay que recordar que, hace 40 años, el puerto vilagarciano era importante por el atraque de atuneros soviéticos y diversos buques de graneles que a él llegaban, pero no tenía la importancia que tiene hoy. Es más, las noticias que protagonizaba el puerto tenían más carácter político que económico. Se decía que Vilagarcía tenía dos alcaldes, Rivera y el PP en la ciudad y Celso Callón y el PSOE en el puerto. Esa rivalidad se sustanciaba en Fexdega, en los temas urbanístico-portuarios y en cuanto movimiento político y económico se detectaba.

Además, estaba la parte humorística del asunto, animada por el carácter socarrón y simpático de Celso Callón, su causticidad y su sorna, que eran recogidas por La Voz y entretenían mucho a los lectores y a la ciudadanía. Ahí estaba la propuesta de aplicar un Impuesto Amoroso a las parejas motorizadas que utilizaban la explanada del puerto, hoy parque y zona de pubs y ocio, como párking erótico. Llegaron a distribuirse octavillas proponiendo esta tasa erótica para contener tanta pasión a la orilla del mar. El presidente del Puerto no impuso arancel ni gravamen, pero acabó cerrando la verja portuaria al llegar la noche, eliminando así el reservado urbano de las parejas vilagarcianas.

Naturalmente, estas medidas divertían mucho y animaban las tertulias. Quienes peinen canas recordarán con una sonrisa el día que se anunció que Celso Callón, que llevaba 12 años resistiendo cambios de gobierno, ministros y alcaldes, decidió poner orden en la explanada y acabar con los pilotos gamberros que la utilizaban para sus trompos espectaculares, frenazos imprevistos, giros a contrapié, patinajes y acelerones.

Los conductores macarrillas usaban la explanada, que era de gravilla, para impresionar a sus novias y amigotes con maniobras polvorientas y peligrosas. Pero Celso Callón dijo basta y la Autoridad Portuaria ordenó multar a los amantes del derrape. Fue así como la explanada del puerto empezó a convertirse en un lugar de ocio y paseo donde admirar tempestades, leer el periódico los días de calma o contemplar cómo se mecen los yates en el crepúsculo vespertino. ¿Quién nos iba a decir hace 40 años que aquella explanada erótico-automovilística sería un día aparcamiento, jardín y centro de ocio con pubs, terrazas, cines, hamburgueserías y auditorio? Se fueron los rusos, se fueron los macarras, se fueron los amantes… Pero, ¡oh sorpresa!, llegaron los Ro-Ro, se quedaron y hoy son uno de los mayores activos del puerto de Vilagarcía.

En Vilagarcía, ya no hay dos alcaldes, aunque en el ayuntamiento gobierne el PSOE y en el puerto gobierne el PP. La colaboración entre ambas instituciones, con sus lógicas tiranteces, es casi modélica y aquel anuncio de los roll-on roll-off, que pasó desapercibido, de Celso Callón en la asamblea del PSOE de noviembre del 86, protagoniza hoy la Ruta Ibérica, un servicio marítimo de carga rodada (RoRo) que une semanalmente el puerto de Vilagarcía con el de Róterdam gracias a la alianza de tres compañías: Norsk Hydro, DFDS y P&J Carrasco.

Don Celso, allá donde esté, sonreirá socarrón y pensará: «Ya os lo decía yo y vosotros solo hacíais chistes».