
El restaurante apagará los fogones a lo largo del mes de octubre
01 oct 2025 . Actualizado a las 05:00 h.El 1 de noviembre del 2013 abría sus puertas en la Alameda un nuevo local con ganas de hacer valer su propuesta diferente dentro de la carta vilagarciana. El 1 de noviembre del 2025, como muy tarde, tras doce años de trayectoria y con el objetivo sobradamente cumplido, La Malquerida se despedirá de sus comensales.
El restaurante, que se había convertido por derecho propio en un clásico vilagarciano con una propuesta informal, centrada en platos para compartir, pero con producto de cercanía y calidad, echa el cierre.
Richar Santamaría, propietario y cocinero explica la decisión: «Levaba tempo dándolle voltas. É un negocio moi persoal e absorbente. Non me vía eu con 60 anos á fronte dunha aventura que esixe tanto».
Las características del local hacían de La Malquerida un restaurante único, tremendamente acogedor y familiar, pero también difícil de gestionar. Richar trabajaba solo en los fogones desde la cocina más pequeña de Galicia para atender una docena de mesas entre terraza e interior.
Tarea ardua que solo aliviaban otros tres trabajadores. Un equipo pequeño y que en los últimos años fue variando con frecuencia: «Outro motivo é que cada vez era máis complicado atopar un equipo ben cohesionado. Entre que algúns tiveron que marchar, outros deixaron de estudar... Dende hai anos cústame atopar xente de confianza».
A Alacena do Alboio
Aunque la fecha aún no sea fija —en cualquier caso, antes del 31 de octubre, que es cuando expira el contrato de alquiler—, la decisión está tomada.
Richar, con algo de nostalgia, valora positivamente su etapa al frente de la Malquerida, y afirma que le gustaría que otras personas ocupasen su lugar: «É un proxecto bonito e no que traballamos moito. Ademais, ¡solucionaríame a mudanza!».
«Dá mágoa que o traballo pérdase, como dicía o replicante, como lágrimas en la lluvia. Pero para min os cambios sempre son algo positivo», reflexiona.
La nueva etapa que encara Richar con fuerzas renovadas, en realidad, ya ha echado a andar. Hace año y medio, impulsado por su interés por los vinos, abría en el local aledaño a La Malquerida A Alacena do Alboio, un negocio de propuesta atrevida —como no podía ser de otra manera— en el que uno puede tanto tomar un vino como adquirir una botella procedente de bodegas pequeñas y de confianza.
El proyecto, que centrará ahora sus esfuerzos, pretende ser algo más que una enoteca: «Levamos xa un tempo facendo cursos de viño, de cociña, de corte de xamón... Gustaríanos transmitir o coñecemento que fomos adquirindo co tempo. É o noso xeito de aportar á sociedade».