Un chiste de nazis en Korschenbroich

José Ramón Alonso de la Torre
José Ramón Alonso de la Torre REDACCIÓN / LA VOZ

AROUSA

MARTINA MISER

La Ley de Memoria Histórica ha llegado al callejero de Vilagarcía impulsando una decena de cambios

12 oct 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

A finales del mes de enero de 1999, acompañé a un grupo de alumnos de mi instituto, el IES Armando Cotarelo Valledor, a la ciudad alemana de Korschenbroich, un municipio de 33.000 habitantes situado en el industrioso estado federado de Renania del Norte-Westfalia, el más poblado de Alemania. Korschenbroich estaba a un paso de las grandes ciudades de Mönchengladbach y Düsseldorf y el motivo del viaje era un intercambio con los alumnos de un instituto de la localidad.

Naturalmente, visitamos museos, monumentos, instituciones, ciudades… Recuerdo que estuvimos en la sede del periódico Rheinische Post. Tras recorrer la redacción y la imprenta, el guía de la visita nos invitó a hacer preguntas y a mí se me ocurrió hacer un chiste sobre los nazis. Al instante, noté que los alumnos alemanes me fulminaban con la mirada y algunos hacían comentarios indignados. La profesora alemana responsable del intercambio, que, por cierto, a raíz de aquel intercambio acabó comprándose una casa en Vilagarcía y pasa aquí con su familia parte del año, me explicó que los jóvenes alemanes estaban muy mentalizados con los estragos del nazismo y los programas de la asignatura de Historia dedicaban varias lecciones a explicar aquel período. Así que con el nazismo, pocas bromas y menos con los jóvenes alemanes.

Trasladémonos a la España actual, hagamos un comentario sobre la dictadura franquista ante un grupo de jóvenes y comprobaremos que no saben casi nada de la dictadura ni de Franco. Habrá algunos que hasta lo consideren un abuelito bajito y gracioso. Y trasladémonos a Vilagarcía, que vive estos días cambios en el callejero. Acatando la Ley de Memoria Histórica, diferentes calles dedicadas a personajes simbólicos de la dictadura franquista cambiarán de nombre y se dedicarán a artistas, jueces o mujeres luchadoras por la igualdad de género.

En Alemania, sería impensable que perduraran avenidas dedicadas a Hermann Göring o Heinrich Himmler. En Vilagarcía, cerca de la playa y subiendo hacia Trabanca Sardiñeira, había hasta hace nada una calle dedicada al General Yagüe que, en Google, ya tiene su nuevo nombre: Rúa Luis Pando. El señor Pando era juez, pero ¿quién era ese general Yagüe presente en el callejero vilagarciano desde hace 90 años? No creo que muchos jóvenes lo sepan porque sus profesores siempre llegaron a esa lección agobiados porque los exámenes estaban encima.

Yagüe era teniente coronel cuando, al mando de las columnas del ejército de África, batió el récord mundial de velocidad de un ejército en guerra: avanzó de Sevilla a Badajoz a una velocidad de 11 kilómetros diarios conquistando pueblos y ciudades y dejando detrás cerca de 7.000 fusilados, 3.800 de ellos solo en Badajoz. Un documental de René Brut, cuyos fotogramas aparecieron en la página 10 del diario francés L’Intransigeant de París el 29 de agosto de 1936, da fe de la carnicería y justifica el apodo con el que se conoció desde entonces a Yagüe: El Carnicero de Badajoz.

A raíz de su hazaña, cientos de municipios españoles le dedicaron una calle. Y entre ellos, Vilagarcía de Arousa. Lo curioso del caso es que el nombre de Yagüe había desaparecido prácticamente del callejero español. En 2020, solo quedaban 12 calles dedicadas a Yagüe en España y actualmente, solo se conocían los casos de tres pueblos de Castilla y León (El Burgo de Osma, Fuenterrebollo y San Leonardo de Yagüe) y Vilagarcía de Arousa.

Como la calle dedicada a Yagüe está un tanto alejada del centro, su cambio no ha despertado polémica. Más discusión han levantado otros cambios en el callejero de Vilagarcía como los de la calle dedicada al alcalde Jacobo Rey Daviña por Rúa do Río, nombre muy propio para una calle que se trazó sobre un riachuelo que se venga cada vez que llueve a mares, o la eliminación del callejero de nombres como los de Fariña Ferreño, director general del Banco de Crédito Local, muy próximo a Calvo Sotelo y a Franco, cuya relación con Vilagarcía fue facilitar fondos para que el ayuntamiento pagara a sus funcionarios en un momento difícil.

Los defensores de Rey Daviña destacan su labor como alcalde al ceder los terrenos para el asilo de ancianos o la construcción de la plaza de abastos, viviendas sociales y la estación de ferrocarril, además de su carácter bondadoso o que nunca se le vio con la camisa azul de Falange. Caso distinto es el del Conde de Vallellano, un ministro de Obras Públicas que veraneó primero en As Sinas y después, en un chalé situado frente al vilagarciano muelle de Ferrazo. A pesar de pasar los veranos en Vilagarcía, el Conde de Vallellano no se preocupó demasiado por las carreteras de su ciudad de vacaciones, que no conocieron en su época ninguna mejora.

Su subsecretario, el gallego Rivero de Aguilar, tenía un pazo en O Faramello y eso provocaba que la carretera gallega que más se arreglaba fuera la Pontevedra-Santiago, que pasaba cerca de su pazo. Su relación con Rey Daviña fue clave para que se levantara la estación de tren y se abriera la calle que iba del obelisco al mar, o sea, Conde Vallellano, que desde ya es Clara Campoamor, principal impulsora del sufragio femenino en España. Si bromeara sobre estos personajes ante los jóvenes de Vilagarcía, pondrían cara de estupefacción. Nunca les explicaron esa lección.

En Alemania serían impensables avenidas dedicadas a Göring o Himmler

Solo tres pueblos de Castilla y León, y Vilagarcía dedicaban calles al general Yagüe