Incendian con cuatro bengalas el corazón arbolado de A Illa de Arousa

Serxio González Souto
serxio gonzález A ILLA / LA VOZ

A ILLA DE AROUSA

Mónica Irago

El fuego pudo ser sofocado antes de que desencadenase un auténtico desastre al alcanzar la multitud de vehículos estacionados en los accesos a la playa de Area da Secada

07 ago 2024 . Actualizado a las 22:57 h.

Por muchas razones, el entorno de Area da Secada constituye uno de lo símbolos de A Illa de Arousa. Es una de las playas más conocidas y frecuentadas del municipio, está rodeada de arbolado y se encuentra a un paso del faro de Punta Cabalo. En la tarde de este miércoles, por cuarta vez en una semana, alguien trató de arrasar el monte cuando una multitud de bañistas disfrutaban del arenal. La deducción de que el origen de las llamas fue intencionado no responde a ninguna intuición más o menos afinada, sino a la tozuda realidad de los hechos. Cerca de donde se originó el siniestro, una vez que pudo ser sofocado, emergieron los restos de las cuatro bengalas que el autor del incendio empleó en su destructivo empeño.

La primera señal de alarma se dio hacia las tres y cuarto de la tarde. El alcalde isleño, el socialista Luis Arosa, estaba a punto de cerrar su jornada en la Casa do Concello cuando tuvo conocimiento de que una columna de humo se elevaba hacia el oeste. El propio regidor y un agente de la Policía Local se encargaron de cortar al tráfico la carretera que da acceso a la playa y de difundir entre quienes se encontraban sobre la arena la urgente necesidad de que moviesen el sinnúmero de vehículos aparcados en los márgenes de la pista. El aviso no evitó que las llamas, que remontaban una ladera desde su parte inferior, saltasen por encima de algunos de los automóviles. Pero sí, al menos, que sus propietarios pudiesen sacarlos de allí antes de que la intensidad del fuego hiciese mella en ellos. «Algo así faría que ardesen todos en cadena, sería unha verdadeira catástrofe», señalaba al pie de las cenizas uno de los bomberos que sofocaron el incendio.

Detalle de las bengalas que empleó el autor del incendio forestal en el corazón de A Illa
Detalle de las bengalas que empleó el autor del incendio forestal en el corazón de A Illa MONICA IRAGO

A diferencia de lo que ocurrió la semana pasada, cuando tres focos afectaron a una zona de monte poblada por castaños y carqueixas, que se sitúa en la otra orilla de la carretera, en esta ocasión al intenso calor se le sumaba un fuerte viento del nordés. Aunque la combinación de ambos factores acostumbra a ser letal, la rápida intervención de los servicios de extinción consiguió controlar las llamas antes de que se extendiesen más allá de los 1.800 metros que quemaron. De eucalipto, básicamente. En el operativo intervinieron cuatro brigadas de la Consellería de Medio Rural, dos agentes forestales, dos motobombas —una de ellas perteneciente a los bomberos de Sanxenxo— y un helicóptero, que se retiró a las cinco menos cuarto de la tarde, cuando el siniestro se dio por controlado. Todos ellos tuvieron el apoyo de la Guardia Civil y de la Policía Local de A Illa, además del voluntario ambiental Nito Dios, probablemente el mejor conocedor del monte isleño.

Tal vez alguien concluya que algo menos de dos mil metros cuadrados quemados es poca cosa. Pero su impresión se disipará al calcular que la superficie del municipio arousano se limita a siete kilómetros cuadrados y que, al margen del parque natural de O Carreirón, las áreas arboladas no son precisamente abundantes.