

















La tristeza por la muerte del papa de hizo patente en la tradicional romería
22 abr 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Centenares de personas renovaron ayer, lunes de Pascua, su vínculo con la Romaría da Nosa Señora das Cabezas, a la cual se le atribuyen propiedades curativas frente a la migraña, y a la que acuden un gran número de devotos que, año tras año, se acercan hasta el monasterio de A Armenteira, en Meis, para asistir a las numerosas misas que se celebran durante estos días en honor a la santa. Es costumbre que el recorrido hasta esta joya del románico enclavada en el corazón de las Rías Baixas se realice a pie desde las localidades próximas. Sobre todo entre los más jóvenes, que disfrutan a continuación de una comida campestre en los alrededores del templo. La tradición asegura que es necesario seguir la misa con una figura de cera sobre la propia cabeza para dar gracias por todo lo recibido y asumir la plena potencia de los dones que la virgen concede.
Junto a la propia santa, son estos diseños de cera los que verdaderamente cobran protagonismo durante la conmemoración de la Romaría das Cabezas. Se trata de una ofrenda antiquísima, que el catolicismo recogió de antiguos cultos —hay quien remonta su origen hasta las civilizaciones seminales del Oriente próximo— para convertirlas en muestra de agradecimiento ante la concesión de un favor trascendental en materia de salud para el que la intervención de la virgen ante los poderes numinosos ha resultado fundamental. Por razones obvias, la muerte del papa Francisco dominó un ambiente tomado por la tristeza.

El poder de los exvotos. La tradición indica que las ofrendas de cera representen la parte del cuerpo sobre la que la santa o el santo en cuestión ejercen sus capacidades curativas. Tratándose de la Romaría das Cabezas, las figuras dominantes recrean la testa de un ser humano, ya sea de hombre, mujer o niño. No obstante, tampoco es infrecuente que los devotos se curen en salud y recurran a exvotos de cuerpo entero. Costumbres como la de A Armenteira ofrecen, a todo esto, una vía más para la integración social. La presencia de población inmigrante es cada vez mayor.