Un año y medio de cárcel por estafar un millón de euros a amigos y conocidos desde un banco
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PONTECESURES

Una pareja que trabajaba en una sucursal de Pontecesures falsificó firmas en cadena para saquear las cuentas de decenas de sus clientes
11 feb 2025 . Actualizado a las 09:45 h.Trabajando en cadena, un hombre y una mujer —él como responsable de contratación de seguros en la sucursal bancaria de Pontecesures en la que se fraguó la estafa, ella en su calidad de agente colaboradora de la misma oficina— fueron capaces de saquear las cuentas de decenas de sus clientes hasta arrebatarles del orden de un millón de euros en el exiguo plazo de dos años.
Las fechorías de ambos, que mantenían una relación sentimental, se rastrean desde el 2008 hasta el 2010, cuando las primeras denuncias comienzan a llegar al Juzgado de Instrucción número 1 de Caldas de Reis. Tres lustros más tarde, la Audiencia Provincial de Pontevedra emite un fallo definitivo: un año y medio de cárcel para cada uno de los dos acusados por la comisión de un delito continuado de falsificación de documento mercantil, en concurso con otro delito continuado de apropiación indebida, además de cuatro meses y 16 días de multa a razón de cinco euros diarios.
La relativa benevolencia del fallo tiene una doble explicación. Por un lado, el hecho de que tanto el hombre como la mujer —ella de forma parcial, lo que motivó la apertura del juicio oral— mostrasen su conformidad con las conclusiones y el escrito de acusación de la Fiscalía. Por otro, el extraordinario lapso transcurrido sin que el proceso judicial llegase a término. Una demora que, según la Audiencia, carece de justificación. Dilaciones indebidas, en resumidas cuentas, que benefician a los imputados.
En su momento, la entidad bancaria desembolsó 482.625 euros a una parte de los perjudicados, lo que llevó a varios de ellos a renunciar a continuar con la demanda. Teniendo en cuenta que han sido condenados a indemnizar al resto de sus víctimas con otros 465.095 euros, una simple suma indica que la cifra que los dos compinches estafaron se acerca al millón de euros.
Entre los denunciantes que sí llegaron hasta al final, los mismos que ahora tendrán que ser resarcidos, se encuentran una treintena de particulares y una empresa, a la que los condenados sustrajeron 140.000 euros. Aunque esta fue, con diferencia, su operación más gravosa, a algunos de los afectados el golpe económico debió de dejarlos noqueados. Las cantidades oscilan bastante, pero abundan quienes vieron cómo se esfumaban 23.000 o 36.600 euros. A una de sus víctimas, con quienes les unían relaciones de amistad y confianza, le burlaron 77.000 euros. El banco es el responsable subsidiario.
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Falsificación de firmas, compras de acciones y entregas en efectivo que nunca fueron ingresadas
La pareja fraguó la multitudinaria estafa de Pontecesures a base de falsificar las firmas de los titulares de las cuentas bancarias, de forma que pudiesen disponer de su dinero. En uno de los casos, realizaron nueve reintegros entre mayo del 2009 y diciembre del 2010 para hacerse con un total de sesenta mil euros. Pero ambos manejaban toda otra suerte de fórmulas. La contratación de productos financieros a amigos y conocidos que conducían a la desaparición del dinero, la entrega de cantidades en efectivo, incluso para la cancelación de préstamos, que nunca ingresaron, fondos de inversión o compras de acciones de la propia entidad bancaria para la que trabajaban, que no efectuaron, son algunas de ellas.